Hay historias preciosas de gentes que tejen y destejen.
Una. Aquella mujer que alargaba los tiempos, destejiendo sus primores,
cuya terminación señalaría la fecha de una boda no deseada.
Otra. Maria de Pineda.
En la noche -y a escondidas- tejía la bandera republicana por la que luchaba.
Nosotros.
Los que a fuerza de patear manifestaciones,
nos hemos hecho miembros de la misma cofradía,
hemos superado diferencias.
Tejemos en sueños la papeleta de voto que nos lleve a un proceso constituyente.
¿Como será?
¿Festonearemos sus cantos?
¿Nos dejarán que el papel sea del color de las mareas?
¿O nos uniformarán una vez máz con el sepia?
Y contra el sepia la retajila de nombres desconocidos.
¿Los procesos democráticos serán tan utópicos,
que cada candidatura lleve su formato?
En la noche, tejeremos las papeletas como Mariana de Pineda.
Se la calzarán como un guante, el 60% de desencantados.
Ahora, se atomizan los luchadores por la democracia, en las esquinas de Sevilla,
Ignorantes de su poder.
Queda un dificil proceso de fusión.
Un dificil acuerdo.
Personas en quien confiar, sujetas con alfileres a las papeletas tejidas.
Personas en quien confiar, sujetas con alfileres a las papeletas tejidas.
Apenas faltan dos años.
Y se tarda en extender, más que en tejer, una Candidatura Unitaria para el Cambio.
Los problemas de Mariana no le vinieron al tejer la bandera,
sino al desplegar el trapo
Los problemas de Mariana no le vinieron al tejer la bandera,
sino al desplegar el trapo
A lo mejor,
entre finales de "copas del rey",
procesiones,
ferias
y faenas de "quite"
procesiones,
ferias
y faenas de "quite"
...ni llegamos.
Paracelso.
MARIANA DE PINEDA |
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