CARTA A UN COMPAÑERO SIN TECHO
Asamblea Invisibles de Coslada
Querido amigo:
“Buenos días compañero. Buenos días amigo. El pasado día 31 de julio de 2016 hizo un año. Cómo pasa el tiempo, ¿verdad?
Ya ha pasado un año. ¡Nunca lo olvidaremos!
Recordamos los chistes que nos contabas, recordamos tu sonrisa y tus preciosos ojos azules.
Tenemos muchas cosas que contarte. En este tiempo hemos hecho muchas cosas, muchas: hemos tenido múltiples reuniones y entrevistas con políticos y con personas muy importantes que nos han recibido.
Nos hemos organizado mucho más, hemos creado redes de apoyo, de denuncia. Hemos visibilizado la situación y hemos hablado de ti por todas partes.
Como ves, no hemos parado.
Y querríamos poder decirte que todo ha cambiado, que las cosas están genial y que ya nadie vive en la calle, pero no es así.
En este año repleto de tus recuerdos nada ha cambiado, nada, absolutamente nada. Tus compañeros y amigos, que te echan de menos cada día, sobreviven igual o peor que cuando tú estabas con ellos y sus condiciones de vida son, si cabe peores que antes.
Todas esas personas importantes con las que hemos hablado no han hecho nada, no tienen presupuesto, dicen. No tienen dinero. Pero mucho nos tememos que lo que no tienen es empatía, que no tienen ganas, que prefieren mirar para otro lado y que no les importáis en absoluto.
Tus compañeros no comen a diario, ¿sabes?. Hay días que ni tan siquiera un bocadillo. A veces les roban los colchones que consiguen en la basura, siguen pasando mucho frio en invierno y muchísimo calor en verano. No han abierto albergues ni les han dado cobijo en el frío invierno ni tampoco en este caluroso verano. Muchos siguen sin tener asistencia sanitaria. Y ninguno puede pagarse las medicinas. No han conseguido sus papeles ni saben si podrán conseguirlos, ya sabes lo difícil que es.
Siguen cargando con sus pertenencias noche y día. Es muy difícil tener higiene en la calle y también lo es dormir por la noche y más aún por el día. Carecen de ayudas oficiales, de programas para salir de la calle, no tienen ropa ni calzado adecuados, siguen asustados por la falta de seguridad (porque les peguen, porque les roben,…)
No están empadronados, eso les dicen, eso te decían ¿Verdad? Por eso no tenías ningún derecho y por eso, ellos tampoco los tienen.
Como ves, tu MUERTE no sirvió para nada. No conmovió a nadie, salvo a los que estábamos a tu alrededor. No cambió nada. Incluso han llegado a decir que no habías muerto.
Bueno, de algo si ha servido, ahora hay más personas que comprenden la difícil situación y que miran, ven y escuchan a los que viven en la calle.
Seguimos y seguiremos recordándote y no podremos olvidar las heridas de tus manos, las heridas de tus pies. La neumonía que pasaste en la calle y los 20 días que pasaste en la UVI antes de marcharte para siempre.
¡No pararemos!. No lo dudes. No pararemos hasta cambiar la situación de las personas sin techo en Coslada y si es posible, en más lugares. O mejor aún, hasta que deje de haber personas privadas de un derecho fundamental, como es la vivienda.
Sigues con nosotros y seguirás siempre en nuestro recuerdo y en nuestros corazones. Hasta siempre amigo”.
Asamblea Invisibles de Coslada