ASAMBLEISMO VERSUS REPRESENTATIVIDAD.
Andamos de asamblea en asamblea.
No se avanza.
La mano alzada.
La calidad del voto.
La definición de mayorías.
La fragilidad que genera la bondad de un proyecto que habla
de sentimientos.
De justicia mas que de ley...
…pero no avanzamos
No hay propuesta que progrese.
El hartazgo con los políticos perezosos,
aburridos e incluso mangantes…
…han generado pavor a repetir los mismos gestos.
Hasta del "tonillo" abominan los nuevos ciudadanos.
Pero no progresamos.
Porque, sin que sobre suspicacia,
falta generosidad.
Os cuento:
Hace tiempo.
Hace tiempo.
Éramos pocos, muy pocos.
Constituimos una asamblea que se esperaba más numerosa.
Pero éramos pocos.
Surgió la discrepancia y alguien solicito la votación.
Un viejo profesor se levanto y dijo:
“no estoy nada de acuerdo con lo que propones,
pero yo estoy de acuerdo en que admitamos tu propuesta”
Todo menos someterlo a votación.
Los objetivos a los
que ambos aspiramos deben llegar por consenso.
Aunque no venga a cuento, lo propuesto fue un fracaso.
El desgaste mínimo.
La experiencia impagable.
¿Qué hacer para llegar a las asambleas con el concepto claro?
La
representatividad de las asambleas debe ser por consenso.
Consensuadas deben estar las caras visibles de la asamblea.
Si las asambleas están protegidas con la coraza de la
revocabilidad,
no hay que tener tantos miedos.
no hay que tener tantos miedos.
Estamos protegidos.
Si no damos este paso previo, en torno al concepto de la representatividad,
la desilusión será el mejor aliado de los que se frotan las manos.
la desilusión será el mejor aliado de los que se frotan las manos.
Porque creen que no superaremos esta concertina.
Esta incertidumbre nos hiere a los asamblearios,
y a los huérfanos de representatividad.
Paracelso.
LA REPRESENTATIVIDAD UN RETO PARA EL ASAMBLEÍSMO |
No hay comentarios:
Publicar un comentario