ESTOY HARTO DE ANALISIS SOBRE LA CRISIS
Ya sé que algunos me dirán que soy un analfabeto por decir esto, que
los análisis son imprescindibles para saber que está pasando, y como nos
ha sucedido, y blablabla.
Pero algunos ya sabíamos lo que iba a
pasar desde antes del 2008, habíamos leído a los economistas y
politólogos no oficiales. Veníamos trabajando en colectivos y
movimientos sociales muy apegados a la realidad, a la globalización,
etc. y sabíamos de sobra como terminaría todo. Por tanto estamos
empachados de realidad práctica y teórica.
Lo que yo necesito
son salidas, lo que necesitamos son soluciones factibles para acabar con
esta corrupción, esta degradación y esta indignidad a la que nos están
sometiendo en nombre de las sagradas políticas de estabilidad, de la
troika, de la UE, de los partidos del régimen, de la corona corrupta,
etc. etc.
Las soluciones a cada problema las sabemos de sobra, a
la vivienda, la dación en pago, la deuda, la participación democrática,
la regeneración política, y mil cosas más que debatimos en los ágoras
de la calle, en las listas de correos, en las asambleas y los grupos de
trabajo de barrio.
La pregunta es “quién le pone el cascabel al gato”.
Multitud de grupos y colectivos dispersos, mareas que luchan en su
campo de trabajo como gato panza arriba, asambleas del 15M que
languidecen en los barrios ante la impotencia de cambiar las cosas y el
dogmatismo seudopurista de los asambleitis enfermizos. Manifestaciones
multitudinarias, que cada vez van quedando en menos por la creencia de
mucha gente de que no sirve de nada, etc.
¿Qué esperábamos, que
se iban a rendir los poderes ocultos de la economía y la política al
ver a la mayoría del pueblo en la calle y en las encuestas? Alguien
pensaba que estos poderes tenían algún barniz democrático u honesto? Que
el PSOE era de verdad el partido de los trabajadores y las clases
medias progresistas?, que el PP es un partido democrático homologable a
las derechas europeas de post-guerra y sin vínculos con el anterior
régimen? Pues lo siento, ESTABAN EQUIVOCADOS.
Ya sólo me
interesa saber como los vamos a derrotar, a expulsar y juzgar. Y para
eso, el único análisis que me interesa en estos momentos es saber COMO,
CUANDO Y EN TORNO A QUE ideas nos vamos a unir esa gran mayoría del 99%
para derrotarlos y pasar la página de la historia nefasta que estamos
viviendo.
Algunos dicen, “Tenemos que seguir en las
movilizaciones y unir luchas” por supuesto, ¿hay alguna duda de eso?,
pero esta es la única estrategia para derrotarlos. Llevamos varios años
saliendo a la calle con mil frentes abiertos, pero no se mueven un
centímetro. Están bien protegidos, por los poderes financieros, la UE en
manos de los mercaderes, los organismos antidemocráticos mundiales,
FMI, OCM, BCE, etc. que les dicen todos los días….Aguantad que los
pueblos se cansan y se rendirán a nuestros deseos y políticas. Un poco
de vaselina y mucho de mano dura, leyes represivas, reformas continuas,
la teoría del SHOCK a lo bestia.
No podemos acudir tampoco a
las organizaciones tradicionales de lucha que en otros tiempos formaron
la barricada de la dignidad y los derechos sociales. Los sindicatos
“oficiales” se encuentran entre la negociación sin rumbo y el estupor, y
los combativos están divididos y demasiado débiles para convocar la
huelga general indefinida que merecería la ocasión.
De los partidos
de izquierda, mejor no hablar……..los cómplices, los sectarios, los
auténticos y verdaderos, y los “ni chicha, ni limoná”.
Descartando por supuesto cualquier tipo de violencia organizada, por
antiética y por estrategicamente derrotada, parece que sólo nos queda la
terrible elección de meter los pies en el barro y apelar a la sensatez y
el sentido común, aunque sea el menos común de todos los sentidos.
Debemos derrotarlo en su terreno también, y digo también porque no
podemos fijar la estrategia a un solo frente. SIN MOVILIZACIÓN SOCIAL NO
HABRÁ CAMBIO SOCIAL ALGUNO. Pero ese cambio social y mental que estamos
percibiendo en una mayoría social, hay que refrendarlo con medios
legales y legítimos, la misma mayoría social que tiene que hacer el
cambio, no lo permitiría de otra forma, salvo que algunos sigan abogando
aún por la vanguardias revolucionarias y visionarias, que al final
terminan reproduciendo el mismo mal que pretenden suprimir.
Creo humildemente, que todos los colectivos sociales que estamos en esta
pelea contra la crisis, estamos llamados a una GRAN ALIANZA DE CAMBIO
SOCIAL, por una autentica y verdadera REVOLUCIÓN DEMOCRATICA del siglo
XXI. Muy probablemente una alianza temporal, porque tarde o temprano los
lazos de unión de esta alianza que tiene que ser de mínimos
forzosamente, saltaran por los aires en cuanto se produzca el cambio de
régimen, y no será malo que eso sea así., porque la nueva democracia
que pretendemos la mayoría, no es un fin en si misma, sino un carril de
vía ancha, un tránsito para que todas las posibles vías de cambio social
se puedan asentar, debatir, poner en práctica y resultar elegidas por
la gente si lo estiman oportuno. Será el pistoletazo de salida para que
aquellos grupos organizados que quieren ofrecerle a la gente un
horizonte definido de cambio, puedan tener una herramienta útil en la
democracia participativa y directa que queremos implementar.
Pero hasta ese momento, hasta que el PROCESO CONSTITUYENTE no esté en
marcha, y con todas las zancadillas y obstáculos que sin duda tendrá que
vencer, no esté avanzado, necesitamos esa GRAN ALIANZA DE LA MAYORIA
SOCIAL, que no puede ser sólo de la izquierda, sino de toda la
ciudadanía comprometida con una democracia avanzada.
Y los procesos electorales son la forma en que la mayoría ciudadana puede ver legitimada y reforzada esa transformación social.
La CANDIDATURAS UNITARIA CIUDADANAS Y CONSTITUYENTES, o PLATAFORMAS, o
etc. que el nombre es lo de menos, son la herramienta necesaria y
urgente.
Muchas iniciativas están en marcha, con más o menos éxito
por todo el territorio nacional. Pero ninguna de ellas por separado
tendrá la fuerza suficiente para barrer la basura política que nos
atenaza. Necesitamos un pacto de generosidad y solidaridad, temporal
pero fuerte, hasta culminar los objetivos. Que si lo hacemos bien, puede
darse en una sola legislatura.
Los que nos consideramos
CONSTITUYENTES, porque creemos y hemos apostado por la vía democrática
que consideramos imprescindible para un verdadero cambio social de
bases. Estamos llamados a trabajar en esa dirección, y no digo que los
constituyentes tengamos que formar o encabezar esas Candidaturas
Unitarias Constituyentes, ni mucho menos, sino que debemos trabajar en
los cimientos de la casa, como lo hemos hecho en la puesta en valor y
divulgación de la idea del PROCESO CONSTITUYENTE.
En las bases, en
los colectivos sindicales y de barrio, en organizaciones y universidad,
grupos diferentes pero que comparten esta visión de cambio, en todos los
colectivos existentes por esta idea central. Constituir esta Unidad,
esta Alianza. Convenir en cuales son esos puntos mínimos que todos
compartimos, las claves del cambio de reglas de juego que pasan por
supuesto por el proceso constituyente y políticas sociales y
antineoliberales, y ofrecer una horizonte de esperanza a los millones de
ciudadanos que lo están esperando, antes de que pierdan la fe
definitivamente en un cambio posible.
Para que esto llegue a
buen puerto, tenemos que ser tenaces, pero flexibles en nuestra
posturas. Tenaces para convencer de las ideas importantes, sobre todo el
cambio constitucional y el proceso constituyente, y sobre todo el
carácter estrictamente ciudadano que debe tener esta iniciativa, y
flexibles en la negociación con todo el mapa social y político que
tenemos a nuestro alrededor.
Olvidar viejas rencillas y apriorismo,
porque son muchos y muchas las que han pasado de la complacencia al
estupor, y todos tenemos derecho a cambiar y recapacitar.
Tragar quizás algunos sapos, y saber que la historia no nos va a perdonar la oportunidad perdida de la transformación social.
Vamos a pasar de una vez de los análisis sobre lo que ha pasado, y
vamos a ponernos a trabajar en como vamos a solucionarlo de una forma
democrática, solidaria, afectiva y unitaria.
Sevilla, 11 Octubre de 2013
Federico Noriega González
Ya sé que algunos me dirán que soy un analfabeto por decir esto, que los análisis son imprescindibles para saber que está pasando, y como nos ha sucedido, y blablabla.
Pero algunos ya sabíamos lo que iba a pasar desde antes del 2008, habíamos leído a los economistas y politólogos no oficiales. Veníamos trabajando en colectivos y movimientos sociales muy apegados a la realidad, a la globalización, etc. y sabíamos de sobra como terminaría todo. Por tanto estamos empachados de realidad práctica y teórica.
Lo que yo necesito son salidas, lo que necesitamos son soluciones factibles para acabar con esta corrupción, esta degradación y esta indignidad a la que nos están sometiendo en nombre de las sagradas políticas de estabilidad, de la troika, de la UE, de los partidos del régimen, de la corona corrupta, etc. etc.
Las soluciones a cada problema las sabemos de sobra, a la vivienda, la dación en pago, la deuda, la participación democrática, la regeneración política, y mil cosas más que debatimos en los ágoras de la calle, en las listas de correos, en las asambleas y los grupos de trabajo de barrio.
La pregunta es “quién le pone el cascabel al gato”.
Multitud de grupos y colectivos dispersos, mareas que luchan en su campo de trabajo como gato panza arriba, asambleas del 15M que languidecen en los barrios ante la impotencia de cambiar las cosas y el dogmatismo seudopurista de los asambleitis enfermizos. Manifestaciones multitudinarias, que cada vez van quedando en menos por la creencia de mucha gente de que no sirve de nada, etc.
¿Qué esperábamos, que se iban a rendir los poderes ocultos de la economía y la política al ver a la mayoría del pueblo en la calle y en las encuestas? Alguien pensaba que estos poderes tenían algún barniz democrático u honesto? Que el PSOE era de verdad el partido de los trabajadores y las clases medias progresistas?, que el PP es un partido democrático homologable a las derechas europeas de post-guerra y sin vínculos con el anterior régimen? Pues lo siento, ESTABAN EQUIVOCADOS.
Ya sólo me interesa saber como los vamos a derrotar, a expulsar y juzgar. Y para eso, el único análisis que me interesa en estos momentos es saber COMO, CUANDO Y EN TORNO A QUE ideas nos vamos a unir esa gran mayoría del 99% para derrotarlos y pasar la página de la historia nefasta que estamos viviendo.
Algunos dicen, “Tenemos que seguir en las movilizaciones y unir luchas” por supuesto, ¿hay alguna duda de eso?, pero esta es la única estrategia para derrotarlos. Llevamos varios años saliendo a la calle con mil frentes abiertos, pero no se mueven un centímetro. Están bien protegidos, por los poderes financieros, la UE en manos de los mercaderes, los organismos antidemocráticos mundiales, FMI, OCM, BCE, etc. que les dicen todos los días….Aguantad que los pueblos se cansan y se rendirán a nuestros deseos y políticas. Un poco de vaselina y mucho de mano dura, leyes represivas, reformas continuas, la teoría del SHOCK a lo bestia.
No podemos acudir tampoco a las organizaciones tradicionales de lucha que en otros tiempos formaron la barricada de la dignidad y los derechos sociales. Los sindicatos “oficiales” se encuentran entre la negociación sin rumbo y el estupor, y los combativos están divididos y demasiado débiles para convocar la huelga general indefinida que merecería la ocasión.
De los partidos de izquierda, mejor no hablar……..los cómplices, los sectarios, los auténticos y verdaderos, y los “ni chicha, ni limoná”.
Descartando por supuesto cualquier tipo de violencia organizada, por antiética y por estrategicamente derrotada, parece que sólo nos queda la terrible elección de meter los pies en el barro y apelar a la sensatez y el sentido común, aunque sea el menos común de todos los sentidos. Debemos derrotarlo en su terreno también, y digo también porque no podemos fijar la estrategia a un solo frente. SIN MOVILIZACIÓN SOCIAL NO HABRÁ CAMBIO SOCIAL ALGUNO. Pero ese cambio social y mental que estamos percibiendo en una mayoría social, hay que refrendarlo con medios legales y legítimos, la misma mayoría social que tiene que hacer el cambio, no lo permitiría de otra forma, salvo que algunos sigan abogando aún por la vanguardias revolucionarias y visionarias, que al final terminan reproduciendo el mismo mal que pretenden suprimir.
Creo humildemente, que todos los colectivos sociales que estamos en esta pelea contra la crisis, estamos llamados a una GRAN ALIANZA DE CAMBIO SOCIAL, por una autentica y verdadera REVOLUCIÓN DEMOCRATICA del siglo XXI. Muy probablemente una alianza temporal, porque tarde o temprano los lazos de unión de esta alianza que tiene que ser de mínimos forzosamente, saltaran por los aires en cuanto se produzca el cambio de régimen, y no será malo que eso sea así., porque la nueva democracia que pretendemos la mayoría, no es un fin en si misma, sino un carril de vía ancha, un tránsito para que todas las posibles vías de cambio social se puedan asentar, debatir, poner en práctica y resultar elegidas por la gente si lo estiman oportuno. Será el pistoletazo de salida para que aquellos grupos organizados que quieren ofrecerle a la gente un horizonte definido de cambio, puedan tener una herramienta útil en la democracia participativa y directa que queremos implementar.
Pero hasta ese momento, hasta que el PROCESO CONSTITUYENTE no esté en marcha, y con todas las zancadillas y obstáculos que sin duda tendrá que vencer, no esté avanzado, necesitamos esa GRAN ALIANZA DE LA MAYORIA SOCIAL, que no puede ser sólo de la izquierda, sino de toda la ciudadanía comprometida con una democracia avanzada.
Y los procesos electorales son la forma en que la mayoría ciudadana puede ver legitimada y reforzada esa transformación social.
La CANDIDATURAS UNITARIA CIUDADANAS Y CONSTITUYENTES, o PLATAFORMAS, o etc. que el nombre es lo de menos, son la herramienta necesaria y urgente.
Muchas iniciativas están en marcha, con más o menos éxito por todo el territorio nacional. Pero ninguna de ellas por separado tendrá la fuerza suficiente para barrer la basura política que nos atenaza. Necesitamos un pacto de generosidad y solidaridad, temporal pero fuerte, hasta culminar los objetivos. Que si lo hacemos bien, puede darse en una sola legislatura.
Los que nos consideramos CONSTITUYENTES, porque creemos y hemos apostado por la vía democrática que consideramos imprescindible para un verdadero cambio social de bases. Estamos llamados a trabajar en esa dirección, y no digo que los constituyentes tengamos que formar o encabezar esas Candidaturas Unitarias Constituyentes, ni mucho menos, sino que debemos trabajar en los cimientos de la casa, como lo hemos hecho en la puesta en valor y divulgación de la idea del PROCESO CONSTITUYENTE.
En las bases, en los colectivos sindicales y de barrio, en organizaciones y universidad, grupos diferentes pero que comparten esta visión de cambio, en todos los colectivos existentes por esta idea central. Constituir esta Unidad, esta Alianza. Convenir en cuales son esos puntos mínimos que todos compartimos, las claves del cambio de reglas de juego que pasan por supuesto por el proceso constituyente y políticas sociales y antineoliberales, y ofrecer una horizonte de esperanza a los millones de ciudadanos que lo están esperando, antes de que pierdan la fe definitivamente en un cambio posible.
Para que esto llegue a buen puerto, tenemos que ser tenaces, pero flexibles en nuestra posturas. Tenaces para convencer de las ideas importantes, sobre todo el cambio constitucional y el proceso constituyente, y sobre todo el carácter estrictamente ciudadano que debe tener esta iniciativa, y flexibles en la negociación con todo el mapa social y político que tenemos a nuestro alrededor.
Olvidar viejas rencillas y apriorismo, porque son muchos y muchas las que han pasado de la complacencia al estupor, y todos tenemos derecho a cambiar y recapacitar.
Tragar quizás algunos sapos, y saber que la historia no nos va a perdonar la oportunidad perdida de la transformación social.
Vamos a pasar de una vez de los análisis sobre lo que ha pasado, y vamos a ponernos a trabajar en como vamos a solucionarlo de una forma democrática, solidaria, afectiva y unitaria.
Sevilla, 11 Octubre de 2013
Federico Noriega González
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