(Fuente: El Confidencial)
¿Quién está detrás de la carta firmada por Garzón para hacer daño a Izquierda Unida?
Valenciano y Rosa Aguilar planearon en julio la carta abierta firmada por Garzón.
La carta abierta a la Conferencia
Política del PSOE firmada este domingo por Baltasar Garzón, varios
exdirigentes de Izquierda Unida y otras personalidades como Pilar del
Río o el rector de la Complutense, José Carrillo, empezó a gestarse el
pasado mes de julio en una reunión de Rosa Aguilar y tres antiguos
compañeros de IU con la vicesecretaria general del PSOE, Elena
Valenciano.
El encuentro tuvo lugar cerca del
Congreso de los Diputados y acompañaban a Aguilar tres compañeros de
antigua militancia en las filas IU: uno de sus colaboradores en el
Ministerio de Medio Ambiente, Pedro Antonio Ríos, que fue asesor también
de Alfredo Pérez Rubalcaba en Interior y coordinador del grupo
parlamentario de IU entre 2000 y 2008; Rubén Fernández, secretario de
Organización de Izquierda Unida con Gaspar Llamazares, y Félix Taberna,
excoordinador de la coalición en Navarra entre 1992 y 2004. El encuentro
con Valenciano, orquestado a través de la exalcaldesa de Córdoba,
surgió de su propia iniciativa y a nivel particular, sin querer
arrogarse ninguno de ellos la representación del colectivo Izquierda
Abierta que lidera Llamazares y en el que militan varios de ellos.
Es más, el encuentro se organizó a espaldas del propio Llamazares.
Parece evidente que los sondeos
que conocemos no son los reales. Muy probablemente el bipartidismo está
cayendo en picado mucho más de lo que se nos da a conocer. En ese
contexto y ante unas hipotéticas elecciones, europeas las más próximas,
Izquierda Unida supone un gran problema para el PSOE, partido
comprometido con el sistema y que, ahora, ponen en marcha, y no será la
única, operación de imagen para darse un barniz de izquierda que nunca
han practicado.
La operación ’Garzón’, ideada y
organizada con sigilo y a espaldas de los dirigentes de Izquierda
Abierta e Izquierda Unida, expresa no sólo el nerviosismo de esta ala
del bipartidismo que nos ha gobernado desde la transición. Es también un
acto desleal, indecoroso y falto de la más mínima ética, aderezado con
un cierto calor mediático y con el objetivo de dañar la imagen de Gaspar
Llamazares y de Izquierda Unida.
Atentos, porque no es la primera
ni será la última treta de quienes quieren seguir agarrados al asidero
del poder político, habrá más ataques ‘inteligentes’ a la única fuerza
política de izquierda que teme el bipartidismo y los poderes fácticos:
una Izquierda Unida inmersa en la construcción de un gran bloque
alternativo, anticapitalista que pueda cambiar el rumbo neoliberal de
este Estado.
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