La Junta incumple los topes de listas de espera en algunas especialidades
Leonor García Málaga | Actualizado 17.04.2013 - 01:00
Los
recortes en los centros sanitarios pasan factura. La merma de personal
que supone la contratación al 75% y la reducción de los conciertos con
clínicas privadas están provocando que las listas de espera en algunas
especialidades estén incumpliendo los topes fijados por el SAS para una
intervención. Al menos, en dos. Neurocirugía en el Hospital Carlos Haya y
Cirugía Cardíaca del Clínico, según ha podido saber Málaga Hoy.
Además, numerosos profesionales -de la veintena consultada para hacer
esta información- coincidieron en que al tener que priorizar las
patologías amparadas por los decretos de tiempos máximos de espera
quirúrgica -fijada en 180 y 120 días, según las dolencias- los más
perjudicados por las demoras son los pacientes con enfermedades no
protegidas por esas normas que en algunos casos se eternizan.
Un facultativo reconocía que tienen que hacer encaje de bolillos para mantener las listas de espera a raya con buena parte del servicio contratado al 75%. "Están contratados al 75%, pero trabajan al 120%. Solo por el esfuerzo de los profesionales no estallan las listas de espera", afirmaba. Además, resaltaba la paradoja de que aquellos servicios punteros atraen pacientes de fuera de su ámbito de referencia, con lo que se incrementa su lista de espera sin que haya un incremento correlativo de sus recursos. "Paradójicamente, la calidad se vuelve en contra", reflexionaba.
Otro médico acotaba que los contratos de algunos anestesistas al 75% -una modalidad que se ha impuesto desde el otoño pasado en todas las categorías para contener el gasto- frenan la actividad quirúrgica y engordan las listas de espera. La mayor queja de los profesionales es por la contratación parcial, que merma recursos humanos y precariza el empleo. Un profesional ponía como ejemplo Cirugía Maxilofacial del Hospital Civil. Tiene cuatro cirujanos al 100%, otros tantos al 75% y cuatro más al 50%. Las plantillas están tan al límite por la contratación a tiempo parcial. "Por eso, se echa mano de los MIR más de lo que se debería y aunque intentamos supervisarlos siempre, a veces no hay más remedio que dejarlos solos en quirófano", explicaba un cirujano.
Los facultativos coincidían en que las patologías graves se priorizan. Pero un médico apuntaba que hay enfermedades que aunque no sean vitales, provocan dolor. "Y no es fácil aguantar el dolor durante meses", advertía. Como otros profesionales, denunciaba que los grandes perjudicados son los pacientes con dolencias no amparadas en los decretos. "Porque hay presión de la dirección y las patologías contempladas en los decretos se sacan como sea, al menos en nuestro servicio", indicaba.
Y otra consecuencia de los recortes. Un cirujano explicaba que debido al cierre de camas para ahorrar contrataciones, en las áreas que están abiertas acaban mezclados pacientes de distintas especialidades. Son los pacientes llamados ectópicos en la jerga sanitaria porque están fuera de su sitio. "Los ectópicos nos traen locos porque tenemos que buscar a nuestros enfermos por todo el hospital", decía. Además, añadía que la situación merma la calidad de los cuidados de enfermería porque a veces un enfermero tiene que atender a pacientes que no son de su especialidad habitual y de la que tiene menos experiencia.
Los profesionales aseguraron que no les han limitado el número de prótesis que pueden poner, pero que sí tienen instrucciones de sujetar el gasto al máximo. Un cirujano apuntaba que ciertas técnicas no vitales pero que mejoraban la vida de algunos pacientes se han frenado un poco. Otro apuntaba que si las listas de espera no están peor es porque la reducción de la contratación al 75% se ha equilibrado en parte con el aumento de la jornada de 2,5 horas semanales. Sobre las primeras consultas con el especialista -que deben producirse como máximo en 60 días-, un médico señalaba que se cumplen los plazos, pero en detrimento de las revisiones que luego se posponen más allá del tiempo recomendable. Un cirujano citaba otra razón por la que las listas de espera no se desbocan pese a los recortes: hay menos gente dispuesta a operarse. La causa, decía, es que muchas personas que están trabajando y no tienen una dolencia importante aguantan porque temen darse de baja y perder el empleo".
Un facultativo reconocía que tienen que hacer encaje de bolillos para mantener las listas de espera a raya con buena parte del servicio contratado al 75%. "Están contratados al 75%, pero trabajan al 120%. Solo por el esfuerzo de los profesionales no estallan las listas de espera", afirmaba. Además, resaltaba la paradoja de que aquellos servicios punteros atraen pacientes de fuera de su ámbito de referencia, con lo que se incrementa su lista de espera sin que haya un incremento correlativo de sus recursos. "Paradójicamente, la calidad se vuelve en contra", reflexionaba.
Otro médico acotaba que los contratos de algunos anestesistas al 75% -una modalidad que se ha impuesto desde el otoño pasado en todas las categorías para contener el gasto- frenan la actividad quirúrgica y engordan las listas de espera. La mayor queja de los profesionales es por la contratación parcial, que merma recursos humanos y precariza el empleo. Un profesional ponía como ejemplo Cirugía Maxilofacial del Hospital Civil. Tiene cuatro cirujanos al 100%, otros tantos al 75% y cuatro más al 50%. Las plantillas están tan al límite por la contratación a tiempo parcial. "Por eso, se echa mano de los MIR más de lo que se debería y aunque intentamos supervisarlos siempre, a veces no hay más remedio que dejarlos solos en quirófano", explicaba un cirujano.
Los facultativos coincidían en que las patologías graves se priorizan. Pero un médico apuntaba que hay enfermedades que aunque no sean vitales, provocan dolor. "Y no es fácil aguantar el dolor durante meses", advertía. Como otros profesionales, denunciaba que los grandes perjudicados son los pacientes con dolencias no amparadas en los decretos. "Porque hay presión de la dirección y las patologías contempladas en los decretos se sacan como sea, al menos en nuestro servicio", indicaba.
Y otra consecuencia de los recortes. Un cirujano explicaba que debido al cierre de camas para ahorrar contrataciones, en las áreas que están abiertas acaban mezclados pacientes de distintas especialidades. Son los pacientes llamados ectópicos en la jerga sanitaria porque están fuera de su sitio. "Los ectópicos nos traen locos porque tenemos que buscar a nuestros enfermos por todo el hospital", decía. Además, añadía que la situación merma la calidad de los cuidados de enfermería porque a veces un enfermero tiene que atender a pacientes que no son de su especialidad habitual y de la que tiene menos experiencia.
Los profesionales aseguraron que no les han limitado el número de prótesis que pueden poner, pero que sí tienen instrucciones de sujetar el gasto al máximo. Un cirujano apuntaba que ciertas técnicas no vitales pero que mejoraban la vida de algunos pacientes se han frenado un poco. Otro apuntaba que si las listas de espera no están peor es porque la reducción de la contratación al 75% se ha equilibrado en parte con el aumento de la jornada de 2,5 horas semanales. Sobre las primeras consultas con el especialista -que deben producirse como máximo en 60 días-, un médico señalaba que se cumplen los plazos, pero en detrimento de las revisiones que luego se posponen más allá del tiempo recomendable. Un cirujano citaba otra razón por la que las listas de espera no se desbocan pese a los recortes: hay menos gente dispuesta a operarse. La causa, decía, es que muchas personas que están trabajando y no tienen una dolencia importante aguantan porque temen darse de baja y perder el empleo".
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