el confidencial
LAS FUERZAS DE SEGURIDAD VATICINAN UNA ALTA CONFLICTIVIDAD CON EL BUEN TIEMPO
La Policía ya ha avisado al Gobierno: se avecina una primavera 'caliente' en la calle
El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes (EFE)
Los servicios de información de la Policía han advertido al Gobierno de que el orden público puede verse gravemente alterado en los próximos meses
como consecuencia del malestar social derivado de la crisis. Según los
datos proporcionados por las fuerzas de seguridad, las movilizaciones de
protesta contra las políticas de austeridad del Ejecutivo y, en
general, por el deterioro de la situación económica experimentarán en
las próximas semanas un repunte que puede afectar seriamente al orden
público y dificultar la acción del gabinete de Mariano Rajoy.
El propio director general de la Policía, Ignacio Cosidó,
admitió ayer en la inauguración de la I Convención de Mandos de la
Policía que “vienen momentos complicados en los próximos meses, incluso
más que los que hemos tenido hasta ahora”. Cosidó pidió a los agentes su
colaboración para tratar de contener las concentraciones que se
avecinan y aseguró que la situación será en lo que resta de 2013 peor que en 2012, aunque matizó que las previsiones del Gobierno son que “2014 sea mejor que 2013 y que 2015 sea aún mejor que 2014”.
La
alerta ya ha sido transmitida a Moncloa, según confirman fuentes
policiales consultadas por este diario.
Los servicios de información han
detectado un aumento de la movilización de los grupos que han estado
liderando hasta ahora las marchas contra los recortes del Gobierno y
contra la actual ley hipotecaria, sobre todo, y también la reactivación de elementos radicales de la extrema izquierda
que podrían contribuir al deterioro de la paz social. Desde las
convocatorias de Rodea el Congreso, en los pasados meses de septiembre y
octubre, estas corrientes han permanecido relativamente aletargadas.
La llegada del buen tiempo, un factor clave
El
inicio de las movilizaciones puede venir acompañado del buen tiempo, un
factor al que los expertos confieren una trascendencia determinante por
su capacidad para activar protestas en espacios públicos. Así ha
ocurrido en ocasiones anteriores. El 15-M, por ejemplo, se desarrolló en
un cálido mes de mayo.
Aunque la primavera astronómica ya ha comenzado,
en la capital el frío se resiste a marcharse. Y la Policía cree que
cuando esto ocurra, comenzará a arreciar la expresión del descontento en
las calles.
Al Gobierno le preocupa que las
marchas aisladas que se han ido sucediendo hasta ahora provoquen un
efecto llamada que cristalice en un movimiento de protesta generalizado que incluso ponga en duda el respaldo social de Rajoy,
a pesar de la mayoría absoluta que obtuvo en las urnas en las
elecciones generales de noviembre de 2011. Que la acción de la policía
sea proporcionada será clave para evitarlo, pero el Ministerio del
Interior ya ha demostrado algunas dudas en el caso de los escraches, la
campaña de acoso contra cargos del PP para exigirles su respaldo a la
dación en pago, considerada sólo un anticipo de la primavera que se
acerca.
Contradicciones en el Ministerio del Interior
Aunque en un primer momento el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, aseguró ayer que se prohibirán las concentraciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) a menos de 300 metros de las viviendas particulares de los dirigentes del Partido Popular, el ministro, Jorge Fernández Díaz, rectificó sólo unas horas después estas palabras afirmando que no se ha dado ninguna consigna específica a los agentes sobre la distancia a la que deberá situarse el perímetro de seguridad de los domicilios. Tan sólo que será un margen “prudencial”, en consonancia con Cosidó, que también había considerado que se trataba de una cifra meramente “orientativa”. Sin embargo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) divulgó una orden del día anterior enviada por la Secretaría de Estado de Seguridad a las comisarías de toda España con la instrucción firme de aplicar la distancia de 300 metros en todos los casos de escrache.
El objeto de las contradicciones que experimentó ayer el departamento de Interior, con hasta tres versiones distintas, es sólo anecdótico, pero ilustra el celo que está poniendo el Gobierno en evitar soliviantar los ánimos de los organizadores de las coacciones a diputados y cargos del PP. De hecho, hasta el momento, la mayoría de las intervenciones policiales se han limitado a identificar a los participantes en las concentraciones que ya han tenido lugar frente a más de una quincena de viviendas de dirigentes populares, entre ellas la de la propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, un incidente que ha causado enorme inquietud en Moncloa.
La ayuda de la Policía
Martínez aprovechó ayer la presencia de más de 300 mandos policiales en la convención que celebró el cuerpo en las dependencias de Canillas en la capital para recordar que, pese a las numerosas manifestaciones que ha registrado España en los últimos meses por el deterioro de la situación económica, los primeros 18 meses de la legislatura han trascurrido sin grandes contratiempos en el campo de la seguridad. Pero Martínez pidió ayuda a los responsables de la Policía para afrontar los próximos meses. “Hay actuaciones de la policía que son más populares que otras, pero ese no debe ser el criterio que guíe nuestra actuación, sino el criterio de la legalidad”, afirmó el secretario de Estado de Seguridad. “¿Qué país seríamos si dejáramos que mandaran los que gritan más alto en lugar de los que han sido democráticamente elegidos?”, se preguntó.
Cosidó subrayó que hasta ahora no “se ha producido ningún incidente grave en las miles de manifestaciones” que se han celebrado en los últimos meses en España. “Confiamos en una actuación profesional y equilibrada de la policía en el mantenimiento de la paz social. La convicción que tenemos es que 2013 va a ser un año muy díficil. Estamos en uno de los momentos más complicados de la crisis económica y fiscal”, remachó el director general de la Policía.
El ministro del Interior fue más contundente. “La policía es la que tiene que poner a cada uno en su sitio con la ley en la mano. La policía es la que está garantizando el cumplimiento de la ley, el orden público, la convivencia y la seguridad ciudadana”, afirmó Fernández Díaz. Y recordó: “Todos tenemos derecho a manifestarnos y a no manifestarnos. Que la mayoría silenciosa no ceda el paso a la minoría ruidosa”. El resultado del choque se conocerá en las próximas semanas.
Aunque en un primer momento el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, aseguró ayer que se prohibirán las concentraciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) a menos de 300 metros de las viviendas particulares de los dirigentes del Partido Popular, el ministro, Jorge Fernández Díaz, rectificó sólo unas horas después estas palabras afirmando que no se ha dado ninguna consigna específica a los agentes sobre la distancia a la que deberá situarse el perímetro de seguridad de los domicilios. Tan sólo que será un margen “prudencial”, en consonancia con Cosidó, que también había considerado que se trataba de una cifra meramente “orientativa”. Sin embargo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) divulgó una orden del día anterior enviada por la Secretaría de Estado de Seguridad a las comisarías de toda España con la instrucción firme de aplicar la distancia de 300 metros en todos los casos de escrache.
El objeto de las contradicciones que experimentó ayer el departamento de Interior, con hasta tres versiones distintas, es sólo anecdótico, pero ilustra el celo que está poniendo el Gobierno en evitar soliviantar los ánimos de los organizadores de las coacciones a diputados y cargos del PP. De hecho, hasta el momento, la mayoría de las intervenciones policiales se han limitado a identificar a los participantes en las concentraciones que ya han tenido lugar frente a más de una quincena de viviendas de dirigentes populares, entre ellas la de la propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, un incidente que ha causado enorme inquietud en Moncloa.
La ayuda de la Policía
Martínez aprovechó ayer la presencia de más de 300 mandos policiales en la convención que celebró el cuerpo en las dependencias de Canillas en la capital para recordar que, pese a las numerosas manifestaciones que ha registrado España en los últimos meses por el deterioro de la situación económica, los primeros 18 meses de la legislatura han trascurrido sin grandes contratiempos en el campo de la seguridad. Pero Martínez pidió ayuda a los responsables de la Policía para afrontar los próximos meses. “Hay actuaciones de la policía que son más populares que otras, pero ese no debe ser el criterio que guíe nuestra actuación, sino el criterio de la legalidad”, afirmó el secretario de Estado de Seguridad. “¿Qué país seríamos si dejáramos que mandaran los que gritan más alto en lugar de los que han sido democráticamente elegidos?”, se preguntó.
Cosidó subrayó que hasta ahora no “se ha producido ningún incidente grave en las miles de manifestaciones” que se han celebrado en los últimos meses en España. “Confiamos en una actuación profesional y equilibrada de la policía en el mantenimiento de la paz social. La convicción que tenemos es que 2013 va a ser un año muy díficil. Estamos en uno de los momentos más complicados de la crisis económica y fiscal”, remachó el director general de la Policía.
El ministro del Interior fue más contundente. “La policía es la que tiene que poner a cada uno en su sitio con la ley en la mano. La policía es la que está garantizando el cumplimiento de la ley, el orden público, la convivencia y la seguridad ciudadana”, afirmó Fernández Díaz. Y recordó: “Todos tenemos derecho a manifestarnos y a no manifestarnos. Que la mayoría silenciosa no ceda el paso a la minoría ruidosa”. El resultado del choque se conocerá en las próximas semanas.
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