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Vivir en la calle predispone a morir 23 años más joven
Las personas sin hogar que fallecen en Sevilla en los hospitales lo hacen a los 41 años de media, por los 64 años de los que sí tienen un domicilio
Las personas sin hogar enferman y mueren de forma prematura. Las muertes en el colectivo sin hogar de Sevilla que permaneció ingresado en los hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío durante los años 2013 y 2014 se produjo con 23 años menos de edad media que los fallecimientos en los mismos centros hospitalarios de personas con hogar. Las personas con hogar fallecen en estos hospitales con una edad media de 64,84 años. Las personas sin hogar mueren allí con 41,60 años.
Esta es una de las conclusiones del trabajo de fin del XXX Máster de Salud Pública y Gestión Sanitaria de la Escuela Andaluza de Salud Pública realizado por Sebastián Tornero Patricio con el título Características de los ingresos hospitalarios de las personas sin hogar en Sevilla. El trabajo, que «no pretende conocer el estado de salud general de las personas sin hogar, sino aportar información relevante sobre las características de sus ingresos hospitalarios en los dos hospitales públicos con mayor actividad asistencial de la ciudad de Sevilla», aporta una ingente cantidad de datos en un ámbito a menudo escaso de cifras concretas. Y eso lo convierte en muy interesante.
Además del dato de fallecimientos prematuros, el propio Tornero destaca otros dos. El primero, que el 87 por ciento de las personas sin hogar ingresadas presentaron enfermedades mentales. El segundo, el elevado porcentaje de enfermedades infecciosas del colectivo sin hogar.
Los motivos de ingreso más frecuentes de los que no tienen un hogar son «las enfermedades mentales, infecciosas y respiratorias. Los trastornos paranoides y de la personalidad son los más frecuentes entre las enfermedades mentales». «En las enfermedades infecciosas, la elevada prevalencia de infección por tuberculosis (40 veces más frecuente en las personas sin hogar) y por los virus de hepatitis B y C (casi 7 veces más frecuente) supone una alarma de salud pública por la importancia del control de estas enfermedades en la comunidad».
La conclusión es que el estado de la salud de las personas sin hogar es más vulnerable que el de quienes poseen una vivienda y una familia estructurada. Junto a esto, «mientras que la mortalidad intrahospitalaria es mayor cuanto mayor es el rango de edad en las personas con hogar, en las que no lo tienen esta tendencia ocurre a la inversa. Este hecho apoya el argumento de que estas personas padecen una mayor morbilidad [la proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado] y una mayor severidad de sus enfermedades».
Tornero explica en su trabajo que «el porcentaje de pacientes que no tenían hogar de los episodios de ingreso de los hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío (0,16%) fue el triple que el de las personas sin hogar estimadas en el conjunto de la ciudad de Sevilla (0,05% de la población total)». En conclusión, los sin techo tienen una mayor necesidad de atención hospitalaria y, además, unas necesidades distintas.
Los datos de ingresos indican también dónde se asienta una mayor población de personas sin hogar. El Virgen Macarena concentra el 65 por ciento de sus ingresos, lo que ratifica que la zona de la Macarena congrega a buena parte de este colectivo. Por sexos también existen diferencias significativas. «La mayoría de las personas sin hogar ingresadas fueron hombres», informa el trabajo, con un porcentaje del 76,5 por ciento y una edad media de 48 años, siete años y medio menos, de media, que la edad de ingreso de las personas con hogar.
Hay más diferencias. «Nueve de cada 10 episodios de ingreso hospitalario fueron de carácter urgente en las personas sin hogar, mientras que en las que sí lo tienen tan solo cinco de cada diez. En cuanto al tipo de alta, una de cada diez fue por alta voluntaria o fuga en las sin hogar». En el otro grupo, esto ocurre en una por cada 333 altas.
El estudio no pretende «conocer el estado de salud general de las personas sin hogar», sino aportar información relevante sobre las características de sus ingresos hospitalarios en los dos hospitales públicos con mayor actividad asistencial de la ciudad de Sevilla. Hay que ser muy cuidadoso, porque no se pueden extrapolar los datos del estudio y pensar que se corresponden con todo el colectivo de personas sin hogar. Pero, según explica el propio autor del trabajo, «tanto la complejidad de las causas de la pérdida de hogar, como el aumento de la vulnerabilidad de la vivienda que existe actualmente en España hacen que sea pertinente investigar sobre la situación sociosanitaria de este colectivo. Conocer cuáles son las consecuencias de la falta de hogar sobre la salud, desde una perspectiva de la atención hospitalaria, puede contribuir a determinar las necesidades de asistencia sanitaria especializada de las personas sin hogar para optimizar y adecuar la respuesta que los servicios sanitarios les ofrecen. Por otra parte, investigar sobre los efectos en la salud de la carencia de hogar puede contribuir también a la sensibilización y promoción de intervenciones para combatir el estado de desigualdad extrema» que padecen los sin techo.
Conocido el diagnóstico, Sebastián Tornero apuesta ahora por seguir estudiando el ámbito de las personas sin hogar en España, poco analizado hasta ahora, y por comenzar a implementar medidas que vayan más allá de las habituales. Reconoce la dificultad de hacer un censo de los sin hogar, «aunque sería muy importante». Además, se decanta por medidas que vayan más allá de proporcionar una cama. Por ejemplo, el programa Housing First, que en España ya aplica la Fundación Rais con el nombre de Hábitat. Sería una opción para Sevilla.
EN SEVILLA VIVEN UNAS 350 PERSONAS SIN HOGAR
No existen datos oficiales de la población de personas sin hogar en la ciudad de Sevilla pero, aplicando la proporción de «personas sin techo» y «sin vivienda» de la encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) y las obtenidas por distintas fuentes en Madrid y Barcelona, en la ciudad de Sevilla este número puede ascender a 350 personas, según el trabajo de Sebastián Tornero. El estudio del INE sí incluye resultados por comunidades autónomas. La mayoría de las personas sin hogar encuestadas residían en 2012 en Cataluña (4.888; 21,3%), Madrid (3.532; 15,4%) y Andalucía, que con 3.009 casos suponía el 13,1%.
EN CIFRAS
Un 76% de hombres: La mayoría de las personas sin hogar ingresadas fueron hombres (76,5 por ciento), por un 23,5 de mujeres. En las personas con hogar, los porcentajes son 52,4 (hombres) y 47,5 (mujeres ).
La mayoría, en el Macarena: El 65 por ciento de las personas sin hogar ingresaron en el hospital Virgen Macarena, y el 35 restante en el Virgen del Rocío. Entre las personas con hogar la proporción es distinta: un 45 por ciento ingresaron en el Macarena y el porcentaje mayoritario, un 55, en el Virgen del Rocío.
Un 92% de urgencias: De los 163 episodios de ingreso de personas sin hogar, 150 (92,0 por ciento) tuvieron carácter urgente y 13 (8,0 por ciento) fueron programados. Contrasta con la tendencia en los ingresos de las que tienen hogar: sólo el 50,4 por ciento fueron urgentes.
Cuadro completo: Más de 3 de cada 4 sin hogar ingresados presentó la asociación de enfermedad física, enfermedad mental y consumo de drogas.
Fugas y altas voluntarias: Una de cada diez altas fue voluntaria o por fuga. Esto ocurre en una de cada 333 altas en las que sí tienen hogar.
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