TERESA RODRIGUEZ. EURODIPUTADA DE PODEMOS |
Francisco José Parra Hermoso,
candidato a la Secretaría General
Podemos Sevilla
No nos equivocamos, compas
Me permito hacer esta reflexión en voz alta preocupado por una noticia que pone en la
picota algunos de nuestros principios éticos. Mientras se sostiene en los documentos y
discursos que sobre la conformación de los consejos ciudadanos deben decidir el conjunto
de los adscritos y adscritas, actores soberanos reconocidos en nuestros estatutos, hoy
publicaban algunos diarios de tirada nacional que la eurodiputada Teresa Rodríguez
recibía el apoyo de Pablo Iglesias y de Íñigo Errejón en su iniciativa de postularse a la
Secretaría General de Podemos Andalucía, como una especie de guiño a la musculatura
que está mostrando, según parece, esta compañera en algunas ciudades andaluzas.
La primera reflexión que me merece este anuncio es que traslada la impresión al conjunto
de la ciudadanía y a la militancia de Podemos de que no existiesen en Andalucía personas
lo suficientemente preparadas para liderar el proyecto político y que, consecuentemente,
la organización se ve abocada a contar con nuestra europarlamentaria, pasando por
encima de una máxima de nuestra formación, la no acumulación de cargos y la
incompatibilidad. Representa por tanto una invitación a incumplir nuestro código ético,
seña de identidad de Podemos.
¿En el puente aéreo entre Bruselas y Andalucía…? Andalucía y los andaluces merecemos
y necesitamos a un presidente o presidenta a tiempo completo elegido democráticamente,
después de más de treinta años de desidia y mentiras.
La segunda reflexión es que parece que este acercamiento público pretende resolver
determinadas diferencias estratégicas y de modelo de partido en el marco de la
negociación, hurtando a las bases el debate político de clarificación y la consiguiente
decantación de las diversas posiciones existentes en los territorios.
Desde estas líneas quiero recordar a los compañeros de la dirección que muchos hemos
asumido un enorme compromiso con este nuevo proyecto llamado Podemos, entre otras
razones, porque estamos plenamente identificados con eso que se ha venido en llamar
"otras formas de hacer política", o sea, avanzar a nivel interno el modelo de relaciones
que deseamos construir en la sociedad, permitir que las mejores ideas, que las iniciativas
más audaces avancen independientemente de quién o quiénes las presenten, porque ello
será la garantía de que no se instale entre nosotros el amiguismo y la mediocridad.
¡Ni tutelas ni vetos!, aquí cabemos todos y todas. En mi calidad de militante de Podemos
reivindico el derecho de todos a la participación política para avanzar hacia un verdadero
y amplio acuerdo que vaya más allá del tradicional reparto negociado de las cuotas de
poder. En mi opinión, se puede estar rompiendo el principio de neutralidad, yo mismo lo
estoy padeciendo como candidato a la secretaría general de Sevilla (con el proyecto
Construyendo Alternativas)
Quiero advertir que este tipo de iniciativas, su visión tacticista, de persistir en el tiempo
podrían minar ese gran potencial del que Podemos es depositario: la confianza de millones
en el deseado cambio progresista de modelo social y de reparto.
Creo francamente que los compañeros Iglesias y Errejón se equivocan si aceptan entrar
en la dinámica de los vasos comunicantes entre estas dos familias políticas, práctica
extendida entre los partidos de la casta, porque ello además situaría a Podemos en la
lógica del bipartidismo, precisamente ahora que por fin retrocede ante nuestros ojos.
Aún estamos a tiempo de capear el temporal, retomar el rumbo perdido y reconstruir ese
espacio amable en el que todos cabemos y nos sentimos cómodos para decidir. Estamos
a tiempo, compañeros. No nos equivocamos.
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