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Patricia Rodríguez Pagés
/ Sevilla
/ 28 mar 2014
“El interrogador interrogado”, así presentó ayer el periodista Jesús Quintero a Elpidio Silva, a quien abrió las puertas de su teatro, en Sevilla, para que el todavía juez presentara el partido con el que concurrirá a las elecciones europeas, Movimiento RED. El magistrado que saltó a la fama, tras su instrucción del caso del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, a quien mandó a prisión, se encuentra ahora en el punto de mira, tras ser suspendido y apartado de la causa, acusado de varios delitos, entre ellos el de prevaricación, por lo que tendrá que responder el próximo 21 de abril ante Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Desde su suspensión en febrero, este juez, que se define como “un funcionario más”, ha denunciado públicamente en distintos foros y medios de comunicación ser “víctima de una campaña de acoso y derribo”, similar a la que llevó al juez Garzón a su inhabilitación. Muy crítico con el actual funcionamiento de la justicia, el magistrado aseguró que el partido político que lidera debe continuar el trabajo que, actualmente, realiza Manos Limpias contra los casos de corrupción, como acusación popular. “Estamos faltos de este tipo de iniciativas y es Manos Limpias el único que está asumiendo esta labor”, dijo Silva, que valoró positivamente el trabajo que está haciendo el pseudosindicato ultraderechista.
En un escenario casi de guerra mediática a favor y en contra de su figura, Elpidio Silva aprovecha ahora el tirón de popularidad para promocionar el partido político con el que se presentará a las próximas elecciones del 25 de mayo. Una formación nacida, según Silva, de la ciudadanía y que se propone como pilar fundamental combatir la corrupción. Para ello, el partido ya prepara la creación de la Red contra la Corrupción, una entidad que impulsará acciones judiciales de todo tipo para combatir delitos de corrupción: “Es el Sindicato Manos Limpias el que está pivotando este tipo de acciones, por lo que es necesario que exista un movimiento político capaz de hacer frente a estos caso”, insistió Silva en un acto organizado por AUSBANC -su presidente, Luis Pineda, también acudió a la cita-, un colectivo vinculado a Manos Limpias, de ideología conservadora, al que Silva aplaudió por su labor actual en distintas causas judiciales como acusación popular. Paradójicamente es la derecha mediática quien ha puesto en tela de juicio la trayectoria profesional del magistrado.
El juez reconoce que aún no se ha acostumbrado a su fama y que hay muchos ciudadanos que le apoyan porque “están agotados”. “Ya no puedo andar por la calle, me van dando la mano… y sé que una mano no es un voto, pero este gesto demuestra que la gente está muy cansada”, admitía Silva en la rueda de prensa convocada antes de la presentación de Movimiento RED y de su libro La justicia desahuciada, en la que había casi más ciudadanos que periodistas. “El juez no es el protagonista. Yo era un simple funcionario, nadie me conocía antes de esta locura, antes de querer lincharme y amordazarme”, se defendió ante la pregunta afilada de Jesús Quintero sobre si se consideraba un juez estrella.
“NO PUEDE HABER IMPUNIDAD”
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) concedió la excendencia, el pasado a martes, a Elpidio Silva para poder concurrir a los comicios. “Queremos dar una imagen diferente, que respete el principio de participación. El objetivo, según el juez, es luchar contra la “acumulación de poderes, que es lo que nos ha llevado a esta situación”. ”Las decisiones en este país se deciden en 15 despachos”, denunció Silva, que aseguró que su partido tratará de hacer frente a los dos principales problemas que tiene la sociedad española: “El paro y la corrupción”. “Cuando los gestores no responden jurídicamente por su gestión, llevan al país a una situación complicada”.
En esta situación, el magistrado se mostró escéptico ante la resolución de los casos de corrupción política que, actualmente, están en los tribunales: “Lo más probable es que, si las cosas van como hasta ahora, queden en nada”, dijo tras denunciar que “hay entre 30 y 40 mil millones paralizados en los juzgados españoles. ¿A quién puede interesar? A los corruptos”, respondió: a los mismos a quienes interesa que “el caso Blesa actualmente esté dormido”.
Respecto a la causa que actualmente instruye en Andalucía la jueza Alaya, el caso ERE, el juez admitió no conocerlo en profundidad, aunque reconoció que le “llama la atención” que haya aforados que no están sujetos a su ámbito jurisdiccional y, sin embargo, “ella sigue con el proceso”. “Esto genera una duda procesal”, insistió: “¿Qué conexión hay entre la causa y los aforados?”, reflexionó.
En este sentido, pidió un nuevo Poder Judicial, en el que jueces y fiscales “sean independientes”, que se revise el indulto y se eliminen los aforamientos y aseguró que su partido propone medidas como una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal en la que se deben elevarse las penas para los delitos de corrupción, “la mayor lacra de la sociedad, que la empobrece y desmoraliza”.
En una entrevista previa en Canal Sur, el juez había comparado la corrupción con “las fauces de un lobo que quiere devorar la sociedad” y había asegurado que cuando en el proceso de instrucción un juez “toca un nervio” a ese “lobo”, su “dictadura se enfada y arrasa con lo que sea”. A él le tocó ”ese nervio” al igual que “posiblemente” al juez Baltasar Garzón.
“El mimbre constitucional ya no nos sirve, está agotado”, defendió Elpidio Silva. “Estamos en un fin de ciclo en el que debe abrirse un segundo proceso que esté amparado por la ciudadanía y que debe suponer romper con la actual Constitución”. “No podemos – subrayó- seguir con instituciones que no responden ni mantiene el equilibrio de poderes”.
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