MADRID.- No los ha citado una sola vez por su nombre, pero IU ha sido el eje de todas sus críticas. Pablo Iglesias ponía este sábado en pie a los asistentes a su primer mitin en Vallecas, el barrio en el que vive, lanzando su enésima negativa a la formación que todavía lidera Cayo Lara, aunque lo hacía subiendo el tono y desde donde se hace fuerte, sobre un escenario, arropado por otros dirigentes de su partido y por sus simpatizantes.

"No tenemos la obligación moral de salvar a la izquierda, sí de mantener alta la llama de la justicia social", espetaba Iglesias a la formación, a la que responsabiliza de la aparición de la plataforma Ahora en Común, que persigue la creación de una candidatura de unidad popular para las generales, y a la que tampoco nombra. "No voy a ceder a ningún chantaje", clamaba el secretario general de Podemos, que rechazaba aceptar la oferta de esta iniciativa aunque esta les sirva para hacerse "con 500.000 votos", que podrían "dejar a Podemos sin 30 diputados"."Que me perdonen, pero no voy a ceder a ningún chantaje", apostillaba.

Iglesias arrancaba su intervención reivindicando el papel de los círculos, mostraba su respaldo a Grecia y al Gobierno de Syriza y continuaba cargando contra “Rajoy y sus muchachos” y su “campaña del miedo”, para después llegar al nudo de su discurso: sus reproches a IU, personificada en el Pitufo Gruñón, el conocido personaje de la serie de dibujos animados 'Los Pitufos'.

Un Pitufo Gruñón que según el líder de Podemos siempre criticó a su formación por emplear la palabra 'casta', por imprimir la cara de Iglesias en su papeleta en las elecciones europeas, por su liderazgo personalista. “A veces tiene que hablar uno para que hablen mil, cien mil”, espetaba.
“Ahora parece que algunos nos dicen que nos tenemos que disolver, que la marca Podemos se ha quedado vieja en año y medio”, afirmaba Iglesias

“Sé que hacemos cosas mal y a veces tiene razón el Pitufo Gruñón”; “nos han obligado a crecer a golpes”, justificaba, antes de volver a reivindicar la labor de “los revolucionarios de verdad”, “y no los de las banderitas y los pósters”. “Nosotros no somos la tabla de salvación de nadie”, “el camino es lo nuevo”, sentenciaba.

“Ahora parece que algunos nos dicen que nos tenemos que disolver, que la marca Podemos se ha quedado vieja en año y medio”, afirmaba, aludiendo a Ahora en Común, e insistiendo en que si diera su brazo a torcer se situarían donde el “adversario" quiere colocarles, que les haría más débiles.

“La unidad popular no es la unidad de partidos, es la unidad de la sociedad civil, de la gente”, apostillaba, lanzando un nuevo llamamiento a quienes quieran integrarse en su filas, siempre a título individual, aunque independientemente de su procedencia política.

Defendiendo su modelo de primarias, con Rafa Mayoral reconociendo la labor de Juan Carlos Monedero y escenificando la 'reconciliación' de la dirección con su exnúmero tres, Iglesias arrancó gritos de “¡Presidente!” o “¡Sí se puede!” a un público entregado que no llegó a llenar el recinto ferial de Vallecas, pero que permaneció hasta el final aclamando al líder de Podemo.