LOS GERIÁTRICOS NO SON UN TECHO SEGURO.
Una vez mas la administración PRIVATIZA.
Lo hace con aquello que jamas debió dejar de ser PÚBLICO.
Acualmente,
nuestros ancianos,
nuestros viejos,
nuestros mayores,
están en manos de FONDOS DE INVERSIÓN.
Miles de plazas habitacionales para nuestros viejos,
están sometidas a criterios economicistas.
Miles de plazas de nuestros viejos,
pierden el carácter humanitario, por mor de la dictadura del dinero.
Jóvenes cachorros, del mas deplorable capitalismo, devoran suculentos concursos públicos .
A las pocas semanas de ser agraciados con la concesión de los geriátricos,
doblegan las condiciones iniciales haciéndolas mas rentables.
Os diremos como consiguen beneficios millonarios:
Principalmente reduciendo el número de cuidadores,
o abaratando panes o embutidos.
Lo hacen con una sofisticada ingeniería de los recursos humanos,
para tergiversar los condiciones de las plicas.
Se reducen así los ratios del cuidador.
Desde el momento en que reciben los millones de euros públicos,
engordando las arcas de las multinacionales,
se va reduciendo el numero de cuidadores para el mismo número de ancianos.
Así se va duplicando el beneficio empresarial.
Así hasta llegar a reducir en un 50% el numero de contrataciones.
El anciano va viendo como progresivamente,
desaparece la figura del cuidador durante la mayor parte del día y de la noche.
El cuidador, contratado en precario,
posiblemente no vocacional,
posiblemente con dudosos estudios de capacitación,
es sometido al chantaje,
a la vez que obligado a la ley del silencio.
Se establece una beligerante relación entre los manigeros de las multinacionales,
simples directores de los centros geriátricos,
y unos cuidadores deshumanizados,
ajenos a las necesidades de ternura que precisan los ancianos.
Y la administración,
mala madre de sus hijos viejos,
mira para otro lado,
ante tanta infamia.
Máquina torpe y perezosa en activar unos servicios de inspección,
que vigilen el cumplimiento de las plicas.
Paracelso.
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