ANCIANOS |
LOS ANCIANOS Y LAS PERSONAS SIN HOGAR
Veíamos normal entregar la gestión de los geriátricos a las manos privadas. Era normal hacer creer a los familiares que allí estarían seguros. La necesidad de confinar a los ancianos hizo que los geriátricos, de propiedad municipal, se entregaran a las mano privada sin coste alguno. Y la administración no se quedó con ninguna llave de aquel fortín para echar un vistazo de vez en cuando. A partir de aquel momento, sin ningún servicio de inspección que vigilara, los ancianos se quedaban al pairo de la mejor o peor humanidad del empresario. Se veía como normal que se amparasen en la ley de protección de datos para ocultar información. Para nosotros el trato a los ancianos era desconocido, pero intuíamos que algo no iba bien.
Era evidente la falta de inspecciones. Con el tiempo aparecieron los millares de afectados de iDental, que eran personas con escasos recursos a los que les destrozaron sus bocas. Era normal que los responsables de velar por los servicios sanitarios miraran para otro lado, cuando reiteradamente se les advertía de la mal praxis y el fraude que ocultaba los centros dentales. Iban apareciendo los engaños, como el de las grandes clínicas que se enriquecían contratando a su personal como falsos autónomos.
Parecía normal que con nocturnidad se cambiara la Constitución, para modificar el artículo 135 que daba prioridad a las exigencias del dinero antes que a las cosas de la sanidad. Pareció normal que la ley 15/97 fuera amparada por el gobierno socialistas, responsable de abrir la puerta para que el capital privado esquilmara a la sanidad pública. Y pareció normal.
Hoy al abrir las puertas de los geriátricos no soportamos el hedor que desprende el mercantilismo de los que tradicionalmente vienen negociando con la pobreza. ¿Como ha podido parecer normal lo que ha tenido que acabar enderezando nada menos que el ejército, por la magnitud del desastre?.
Pero no aprenden. Son genéticamente de otra pasta, pues ellos mismo desconocen lo perverso de sus actos. Porque ya con el coronavirus acampando libremente por los pulmones de la tierra, insisten en buscar soluciones neo liberales muy agresivas. Y mirad por qué:
En Sevilla, cuando se desbrozaron las calles porque el confinamiento así lo exigía, aparecieron en las calles unas personas que solían ser invisibles. Pero se hicieron mas visibles que nunca, eran las "Personas Sin Hogar". Como zombis los veíamos en las aceras si tener un techo bajo el que pasar la cuarentena.
Y volvimos a la normalidad. Al problema. Tras casi una semana deambulando por las calles, se le encarga el confinamiento de estas personas a la misma empresa privada que en su ADN está el secretismo la falta de transparencia y el lucro.
Hoy nada sabemos de como es el día a día de las "Personas Sin Hogar" recluidas en los espacios habilitados en Sevilla. Hablan que tienen un aforo para 700 acogidos, pero reconocen que les faltan plazas. Años negando la realidad, ocultando los datos demográficos del sinhogarismo, y mira por donde, resulta que teníamos razón. En Sevilla no es verdad que apenas lleguen a 400 personas las que duermen en la calle. Estos datos son los que ha mantenido durante años el Ayuntamiento de Sevilla
Solo nos queda lamentar el bloqueo municipal a los proyectos que buscan espacios autogestionados, autofinanciados, inclusivos y de proximidad.
SIN HOGAR |
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