MANIFIESTO
EL CAMBIO QUE VIENE
¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?
El País se va a pique y la ciudadanía de a pie nos hundimos con él, mientras una minoría quiere salvarse a costa del resto.
Quienes mandan, aquí y en Europa, no atienden las necesidades de la gente, sino a los intereses de las grandes fortunas. Nos dicen que no hay suficiente dinero para mantener las escuelas, los hospitales o las pensiones, sin embargo, firmaron un rescate financiero de más de cien mil millones de euros para salvar a la banca, que tendremos que devolver con creces.
La devolución de este rescate, y los que pudieran venir, nos dejarán una inmensa deuda que afectará gravemente a las próximas generaciones.
Nuestras condiciones de vida, tanto las que dependen de los servicios públicos como las que dependen de nuestro trabajo o negocio, empeoran con el tiempo. A muchas personas nos resulta muy difícil sobrevivir cada día.
La reforma constitucional de Septiembre del 2011 condiciona los presupuestos generales del estado al priorizar el pago de la deuda. Su consecuencia más visible es el recorte en otros gastos más urgentes y necesarios.
Lo llaman crisis, pero en realidad es un plan muy bien orquestado desde los organismos financieros internacionales, que quienes nos gobiernan aceptan, con el que están convirtiendo la deuda privada del sistema financiero en deuda pública.
Sólo el pueblo sentimos las consecuencias de aceptar los mandatos de la tristemente famosa Troika, de la UE y de los mercados: aumento del paro, bajada de salarios, quiebra de los autónomos, pérdida de poder adquisitivo, desahucios, en definitiva, pobreza, un empobrecimiento que se palpa en las calles.
Miles de personas defendemos nuestro derecho a una vida digna. Por todas partes nos juntamos, salimos a la calle y proponemos soluciones, pero una y otra vez comprobamos que quienes gobiernan no escuchan y mantienen una política que sólo ofrece más dolor y más desesperanza.
A pesar de todo seguimos en pie. Cada día que amanece buscamos la manera de cuidarnos y cuidar de nuestra gente, de tener una palabra de consuelo o de dar una alegría a quien lo necesita. No nos quitarán las ganas de seguir disfrutando de la vida, ni la esperanza y el sueño de construir un mundo mejor.
¿TIENE ESTO ARREGLO?
Claro que sí, tenemos recursos naturales diversos, aunque finitos, y potencial humano suficiente para alcanzar una vida digna sin alterar el equilibrio de la naturaleza. Tan sólo necesitamos modificar los hábitos de vida, y sobre todo, de consumo. Pero también las decisiones tienen que cambiar de mano.
¿CÓMO PODEMOS SALIR DE ESTA SITUACIÓN?
Con más y mejor democracia. Con nuevas reglas del juego que nos permitan encarar los problemas detectados.
Ahora se trata de unirnos, organizarnos y tomar las riendas. Con unidad debemos movilizarnos y proponer nuevos caminos que nos hagan recobrar las fuerzas, para sustituir esta democracia gastada por otra que garantice nuestra participación en la toma de las decisiones que tanto nos afectan. A este camino le llamamos proceso constituyente.
¿PERO QUÉ MÁS PODEMOS HACER?
Podemos ponernos de acuerdo en unas propuestas comunes que nos saquen del agujero en el que nos
hallamos, y dejar claro cuál es la voluntad de la mayoría. En otros países se ha hecho y aquí no somos menos.
Cada vez que una parte del pueblo protesta, recibe la misma contestación: “tenéis derecho a protestar, pero no podéis imponernos vuestra opinión, porque la mayoría nos ha elegido para gobernar”. Una y otra vez chocamos contra ese muro que amenaza con dejarnos sin fuerza. Ha llegado la hora de derribarlo, ha llegado la hora de dejar claro, no sólo en las calles, sino también en las urnas y con máxima unidad, cuál es la voluntad de esta nueva mayoría, hasta este día, muda para los oídos del poder.
Nos toca hacerlo en Sevilla, pero sabemos que esta iniciativa está naciendo también por todo el país. Estamos en el mismo barco y nos necesitamos, así que conforme nos vayamos organizando en diferentes ciudades y pueblos, sumaremos fuerzas para este mismo fin.
¿QUÉ PROPUESTAS NECESITAMOS?
Sencillas y comunes a la mayoría de la gente.
Dos cosas están claras para iniciar este camino:
Hacen falta nuevas leyes que permitan la participación directa de la ciudadanía en las decisiones que nos afectan, que garanticen la igualdad de todas las personas en la elección de quienes nos gobiernen y el respeto a las decisiones emanadas del pueblo por parte de las instituciones.
Es necesario también asegurar a todas las personas unas condiciones básicas de vida, que nos libren de la angustia de la supervivencia, y que nos permitan ejercer nuestros derechos civiles, políticos, económicos y sociales, con tranquilidad y libertad.
Algunos asuntos que nos parecen importantes:
Queremos que se promueva una auditoría que explique cuál es la deuda legítima y cuál la ilegítima que sirvió para salvar a la banca y financiar el fraude fiscal de la gente más rica.
Sabemos que las actuales instituciones y normativas europeas no nos van a permitir una salida democrática de la crisis.
Es necesario garantizar un mínimo vital para todos y todas. Defendemos los servicios públicos que garantizan los derechos de las personas así como, la creación de nuevos servicios que garanticen aquellos que hoy no están cubiertos.
Realizar las reformas legales oportunas para que la corrupción que estamos padeciendo sea perseguida con todo el rigor posible, así cómo dotar de los medios necesarios a los servicios de inspección para combatir el fraude fiscal y la violación de derechos laborales y sociales de forma que no vuelva a preocuparnos en el futuro próximo.
Decidir las medidas concretas necesarias para conseguir hacer de nuestro mundo un espacio de respeto, solidaridad, justicia social y económica será una tarea en la que participará toda la población a lo largo de este camino.
¿CÓMO LO VAMOS A HACER?
Se trata, antes que nada, de seguir peleando haciéndonos cada día más capaces de mejorar nuestras vidas. Pero no basta con eso. Debemos también prepararnos para convertir las próximas elecciones en esta voluntad de cambio, que haga realidad otra democracia y nos permita construir la vida que queramos. Sabemos que la movilización ciudadana es condición indispensable para conseguirlo. Pero también sabemos que debe ser la ciudadanía a través de una consulta democrática, la que diga la última palabra.
Nuestro propósito es contribuir al nacimiento de una nueva sociedad mediante la construcción de una alternativa que permita expresar la voluntad de cambio de la mayoría social en las próximas consultas electorales.
Nuestro único objetivo es proponer una candidatura unitaria y ciudadana con todas aquellas personas y organizaciones que deseen cambiar la situación que padecemos. Esto será posible poniendo en práctica una plataforma electoral compuesta por personas propuestas por la ciudadanía y sometidas a selección tipo primarias.
Una candidatura unitaria y ciudadana que gane en las urnas el derecho de alcanzar más y mejor democracia para conseguir una vida decente.
¿Y YO QUE PUEDO HACER?
Tú eres la pieza que lo cambia todo, el grano de arena que forma la playa. Antes que nada, conserva la esperanza y la alegría. Mantén tu lucha por la dignidad, acompáñanos en la construcción de esta iniciativa, reparte este sencillo mensaje que tienes en tus manos. Habla con la gente de tu barrio, de tu trabajo, de tu asociación o club, allá donde te encuentres, para que también lo hagan. Participa, opina, debate y hazlo siempre con respeto y unidad. Si esta cadena sigue, en unos meses seremos miles o millones, y en poco tiempo levantaremos la cabeza con orgullo y dignidad, porque habremos sido capaces, la inmensa mayoría ciudadana, de cambiar las cosas cuando todo parecía perdido.
VAMOS A REFUNDAR LA DEMOCRACIA
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