miércoles, 16 de octubre de 2013

16.10.13.- COLEGIOS MÉDICOS. SOCIEDADES CIENTÍFICAS. SINDICATOS MÉDICOS


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¿Quién nos representa como médicos?









Las primeras respuestas que me vienen a la cabeza serían; El colegio  de médicos (autonómico o la OMC nacional), La sociedad española de la especialidad (SEMI / SEIMC en mi caso) o los sindicatos médicos.

Todas estas respuestas parecen buenas y apropiadas sobre el papel, pero si lo pensáis unos segundos ,veréis que no terminan de dejarnos a gusto. ¿De verdad te sientes representado por ellos?

Pensemos por qué podemos responder “No


Los colegios de médicos:

Desconozco la relación que tenéis vosotros con vuestro colegio de médicos, pero en mi caso se ha limitado a pagar religiosamente unas cuotas (desproporcionadas en estos tiempos, añado), ir a inscribirme el primer día de pisar la isla para recoger mi número de colegiado y mi carnet y esporádicos trámites burocráticos que he tenido que hacer en estos 7 años. A parte de eso, algún curso organizado por ellos (que requería pasar por caja) y poco más.

Sé que organizan charlas, eventos y seminarios varios, pero hasta ahora nunca me he sentido “tentado” a ir. Si fuera yo el único, esto podría parecer un signo de pasividad por mi parte, pero lo cierto es que el aforo que dichas actividades consiguen teniendo en cuenta el número de colegiados de la isla es mínimo. ¿Dónde está el problema entonces?

En mi opinión, en la falta de cercanía. El contacto con el Colegio es mínimo, la interacción con el mismo incluyendo incluso la virtual o telemática, casi inexistente. 

¿Soluciones? Quizá habilitar las posibilidades que ofrece hoy internet para recabar la opinión de los médicos en las medidas políticas que se implantan, adaptando así las declaraciones del Colegio al “sentir” de sus representados. Poniendo un ejemplo, cada vez que se tome una medida relevante como es el cierre de un hospital o cambios en las condiciones laborales o de atención al paciente en una comunidad, dicho colegio podría recoger la opinión de sus colegiados mediante una encuesta online y posicionarse posteriormente en dicha línea mediante un comunicado oficial.

¿Por qué no hay iniciativas de este tipo? Lo desconozco. Creo que los Colegios hoy en día son herramientas de respuesta tardía, que en vez de liderar movimientos y actuaciones, las secundan a posteriori. Basta ver la respuesta de los médicos en Madrid al cierre de hospitales, que ha generado la aparición de una plataforma de sanitarios quienes se han organizado para manifestarse tanto en la vía pública como en los tribunales. Este tipo de iniciativas podrían haber sido canalizadas a través de los Colegios si los médicos se sintieran representados y la respuesta del mismo estuviera a la altura de las necesidades. No parece que haya sido el caso.

Como conclusión a este apartado, decir que creo que los Colegios de médicos adolecen no de “ganas” de realizar ese trabajo, sino de capacidad de reacción e interacción con sus usuarios. Cuestión de forma quizás, no de contenido.

Sería interesante que algún representante de Colegios o de la OMC aceptara dar su punto de vista al respecto en los comentarios del blog para poder tener un feedback interesante.  ¿Quizá Juan José Rodríguez se anime?




Las sociedades científicas:

Antes de empezar, decir que no se pueden mezclar churras con merinas y en el caso de las sociedades esto es muy cierto. Hay algunas que realizan una tarea importante de formación y comunicación entre sus afiliados, mientras que otras se dedican más a quehaceres peregrinos. 

Por norma, la relación inicial de un médico con su Sociedad consiste en pagar religiosamente sus cuotas (me repito, lo sé), recibir la revista correspondiente bien en papel o bien en formato digital y la publicidad (digo publicidad y no información de manera intencionada) de los múltiples congresos organizados. Dichos congresos, vuelta a pasar por caja, ejercen un efecto curioso sobre la formación y el desarrollo de los médicos.

Me explico; Actualmente, el precio medio de la inscripción en un congreso nacional ronda los 250-300 euros para un residente y los 400 para un adjunto. Este dinero, al que hay que añadir desplazamiento y estancia, poner fuera del alcance de muchos la posibilidad de acudir a dichos eventos SALVO patrocinio farmacéutico.

Esto hace que un residente con cierto interés en su especialidad y con ganas de aprender a comunicarse en público e investigar tenga que decidir entre gastarse lo que puede ser hoy en día el 50% del sueldo de un mes en acudir a un evento de 3-4 días o buscar un “laboratorio” amigo que le financie. Es una manera de perpetuar la dependencia de los médicos hacia la industria.

Segundo punto: Una vez en dichos congresos (para qué vamos a engañarnos, yo he ido siempre financiado por laboratorios), vemos algunas cosas curiosas. El congreso esté lleno de publicidad, masificado, probablemente con un filtrado de los trabajos aceptados muy laxo (si se aceptan menos trabajos, acude menos gente y se recauda menos) que llega a superar en ocasiones el 80% de lo enviado al mismo y ponentes/moderadores con tendencia a la repetición (Algunos congresos dejan una sensación de “déjà vu” al ver nuevamente a la misma gente en las mismas mesas).

Tercer punto; la formación. En gran medida, la formación de los especialistas debería estar apoyada por actividades o cursos de sus sociedades. Aquí, la tendencia actual es a “subcontratar” o delegar esa formación en laboratorios por lo que si entramos en las web de dichas sociedades, vemos que nos enlazan a cursos patrocinados en la mayoría de los casos. 

La moda actual, aprovechando la urgencia curricular del personal con contrato exiguo,  son los máster universitarios co-financiados por empresas farmacéuticas. Estos máster se pueden pagar o volviendo al caso de los congresos, conseguir gratis a través de laboratorios. No voy a repetir el razonamiento anterior, basta subir un párrafo para ver lo que eso implica.



Los sindicatos médicos;

Aquí el razonamiento es un poco diferente. Los sindicatos generalmente se mantiene en la sombra en tiempos de bonanza relacionándose o intercediendo con administración y gerencia con poca participación de los médicos a pie.

En tiempos de “crisis” esto cambia. Se atan la manta a la cabeza y se proclaman adalides del sentir médico, denfendiéndole de la “agresión” externa. No me parece mala postura, pero en ocasiones se me hace extraño que alguien con quien poco trato he tenido venga de repente con un listado de reivindicaciones en mi nombre y un calendario de manifestaciones/huelgas que debo cumplir “si soy consciente y solidario”. Quizá sea sólo una percepción mía, pero no termino de sentirme representado del todo.







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