viernes, 5 de julio de 2013

05.07.13.- SE RESQUEBRAJAN LOS CARNET DE CCOO



Estimado compañero, compañera:

Deseo compartir contigo una serie de reflexiones que, 
como afiliado a CC.OO., 
me han llevado a la decisión final de pedir la baja en dicho sindicato, después de casi 25 años. 
Esta carta de despedida a CC.OO. es el resultado de un proceso de reflexión sereno no exento 
de contradicciones y conflictos emocionales vinculados a determinada visión romántica 
(CC.OO. ha sido para mí como una gran familia)
Hoy he registrado este documento y, al hacerlo, he tenido una especie de sentimiento de culpa y también de liberación. 
Tristeza también porque expresa una frustración definitiva, el hundimiento de la esperanza en la organización. 
No tengo palabras, pero las que tengo las quiero compartir contigo para así sentirme un poco menos solo.

Recibe un sincero abrazo,





A/A Manuel Loza
Secretario General
Sección Sindical CC.OO. – Ayto de Sevilla


Estimado compañero:

Vaya por delante todo mi respeto, admiración y cariño por los compañeros y compañeras que, desde las secciones sindicales de multitud de empresas públicas y privadas, resisten estoicamente los planes de desregulación, de deslocalización y cierre, las privatizaciones y, en definitiva, el embiste brutal de esta ola neoliberal que arrasa derechos y libertades.

El sindicalismo de clase, representado en CC.OO., fue una de las herramientas que sirvieron a la clase obrera de palanca de cambio de la dictadura a la democracia y hacia la conquista del régimen de derechos y libertades que hoy conocemos, a pesar de los límites característicos de una transición pactada por las élites; sin embargo, esa organización ha dejado objetivamente de servir en la actual coyuntura, puesto que los acuerdos de la llamada Transición que se sustanciaron en los Pactos de la Moncloa están agotados y el pacto constitucional está virtualmente roto. En este contexto, decíamos, CC.OO. ha dejado de servir y esto es así porque, desde el punto de vista de nuestros intereses de clase, es imperiosa la necesidad de cambiar la correlación de fuerzas a favor de un cambio de modelo de crecimiento, de ingresos y de reparto. Ante esta perspectiva transformadora, los dos grandes sindicatos -desde el posibilismo, la lógica del mal menor, el devaluado diálogo social- están, por la vía de los hechos, apuntalando el modelo actual, desigual, caduco, endógeno y corrupto. Dicen que “el hábito no hace al monje” CC.OO. se infiltró en las estructuras del sindicato vertical franquista para transformarlo en una organización útil para los intereses de la clase trabajadora y hoy, tras casi cuarenta años desde la restauración borbónica, a la luz de los resultados parece que no sólo no se ha desprendido de aquel traje sino que se ha trasmutado en él.

Recuerdo que en bastantes ocasiones, ante compañeros desencantados que pretendían darse de baja siempre defendí que CC.OO. es un sindicato de clase –a diferencia de otros-, que es necesario y tan nuestro o más que de la dirección; sostuve que si ésta no respondía a las expectativas había que cambiarla. Estaba convencido de que la mejor situación desde la que se puede cambiar el estado de las cosas es desde dentro, que si no somos capaces de hacer avanzar una organización ni mucho menos vamos a transformar la sociedad. Pues bien, me ha costado 22 años comprobar y reconocer que eso no es posible cuando ni existen mecanismos de control democrático, ni posibilidad de cambiar a un stablishment que se ha apropiado de las estructuras organizativas. La prueba de lo que digo está en que a cada secretario general lo sucede en el cargo su secretario de organización. ¿Puede quedar alguna duda al respecto?

CC.OO., la organización social mayor de España (con más de dos millones de afiliados), paradójicamente se ha convertido en un gigante con los piés de plomo incapaz a veces de movilizar ni siquiera a sus propios liberados. Lo hemos visto el 28F, donde el Bloque Crítico dobló la participación, o el 1º de Mayo –por cierto, la manifestación que fue borrada del mapa, que jamás existió mediáticamente hablando-. No es verdad que la capacidad de convocatoria sindical está en retroceso, como se dice en los medios, puesto que las movilizaciones convocadas por los llamados sindicatos alternativos no sólo son hoy mayoritarias sino que están creciendo día a día.

¿Seguirán sosteniendo los burócratas que la culpa es de falta de compromiso de los afiliados? Porque lo cierto es que muchos de sus afiliados más comprometidos acuden a otras convocatorias antes que a las propias; ¿deberían que preguntarse por qué?

Francamente creo que CC.OO. y UGT son rehenes de su pesada estructura burocrática, que los hace claramente dependientes de subvenciones y los lleva, entre otras cosas, a tener que despedir aplicando siempre las últimas reformas laborales como cualquier empresa. ¿Dónde queda el ejemplo, la autoridad moral en tiempo de crisis de valores?

Déficits

- Falta de transparencia en las cuentas (no las he conocido en mis más de 20 años de afiliado)

- Falta de participación.- CC.OO se ha convertido hoy en poco más que una eficiente empresa de servicios en la que la masa ingente de afiliados-clientes se desenvuelven desconectados de los espacios de debate, decisión y organización. La figura del militante prácticamente está en proceso de extinción; si nos atenemos a la escasa o nula formación sindical y al papel desempeñado podemos decir que, en líneas generales, ni siquiera los delegados sindicales son militantes, más allá del voluntarismo y buen hacer que puedan mostrar en el desempeño de sus funciones.

Las direcciones sindicales piden continuamente ser consultadas por los respectivos gobiernos en la toma de decisiones, sin embargo ni antes ni después consultan a sus bases sobre cuestiones cruciales.

El despotismo ilustrado de “todo para el pueblo pero sin el pueblo” sigue vivo después de más de dos siglos de democracia representativa.

- Falta de integración de sensibilidades.-Las direcciones suelen hacer normalmente un llamamiento a la colaboración de los diversos sectores, corrientes y sensibilidades pero, en la práctica, han venido aplicando el rodillo en los órganos de representación territorial e, incluso, la represión en tiempos no muy lejanos.

Colaborador necesario

CC.OO. y U.G.T. ponen más esfuerzo en llegar a acuerdos con la patronal y el Gobierno que en organizarse junto a las fuerzas vivas de la sociedad civil, sindicatos alternativos y movimientos sociales.

Ante procesos de privatización, externalización o deslocalización de empresas he echado de menos en CC.OO. la ausencia de alternativas basadas en el control, organización y planificación de la producción por los trabajadores, dejando así intactas las estructuras productivas y de poder económicos.

Sr. Toxo: “¿Cómo se puede convocar a una huelga general para exigir al Gobierno ser consultados en referéndum sobre la política de austeridad, a un gobierno sordo y ciego
que legisla a golpe de decreto? El referéndum se practica cada día en la calle, en la lucha social contra los recortes, contra los abusos hipotecarios, contra el robo de las preferentes (el corralito español), contra los despidos, contra la privatización de los servicios públicos, y por los derechos sociales, por la memoria histórica, por la igualdad de género y la autodeterminación de la mujer, por los derechos humanos de todos. ¿No entiende, Sr. Toxo? No es necesario un referéndum porque las políticas neoliberales ya están siendo impugnadas por los trabajadores y la inmensa mayoría de los ciudadanos. Empiece por consultar en referéndum a sus propios afiliados y afiliadas. Debe saber que si muchos fuimos a la huelga general, lo hicimos porque habían -hoy más que nunca- razones para ello, no por las razones que ustedes esgrimieron” Posiblemente el problema radica en que la dirección situa como objetivo prioritario volver a la mesa de negociación con independencia de la correlación de fuerzas e, incluso, dilapidando el potencial de una gestión consecuente de las movilizaciones sociales y de las huelgas generales en su combate contra las políticas de recorte.

Sr. Toxo: “Pero ¿cómo se puede decir que “las llamadas políticas de austeridad no son suficientes para afrontar la crisis si no van acompañadas de estímulos al crecimiento” Obviamente, al decir que no son suficientes está diciendo implícitamente que son necesarias” CC.OO. ha unido su discurso y su destino al social-liberalismo del PSOE, un social-liberalismo que ha perdido el rumbo incapaz de salir del temporal neoliberal, y que se hunde inexorablemente.
CC.OO. y U.G.T. son corresponsables de la contrarreforma de las pensiones -pensionazo- y de los acuerdos sobre flexiseguridad firmados en febrero de 2012, que sirvieron de base para la contrarreforma laboral criminal del Gobierno.
¿Hasta cuándo se va a seguir manteniendo la tesis de que el problema del paro en España es el resultado de la falta de empleabilidad de los trabajadores y no un problema político de primer orden derivado de un modelo social injusto? Mucho me temo que mientras sigan gestionando parte de los fondos públicos destinados a las políticas activas de empleo, esa posición no va a cambiar.
Lamentable la foto que sus dirigentes se hicieron con el Sr. Rajoy y la ministra de empleo con ocasión del acuerdo sobre el “Plan de Emprendimiento y empleo joven” tres días después de que el Sr. Toxo dijese a la ministra al cierre del Congreso de CC.OO. que “España no tiene un problema de emprendimiento sino de falta de demanda laboral”
¿Cuál ha sido el papel de los sindicatos oficiales en los consejos de administración de las cajas de ahorros durante el proceso de bancarización, durante las fusiones y salida a bolsa? Mutis por el foro.
La gota que colma el vaso ha sido la posición del “experto” económico del sindicato sobre el sistema de pensiones español, apoyando el dictamen final. Si nos atenemos al análisis exhaustivo del actual sistema de pensiones y consideramos una serie de variables como la actual tasa de paro, la relación entre clases pasivas y cotizantes, edad efectiva de jubilación, edad media de vida, etc, así como la actual legislación vigente en la materia y las prioridades político-económicas del actual modelo neoliberal, se puede afirmar que tanto el diagnóstico presentado como la fórmula de cálculo para la viabilidad del sistema (coeficiente de sostenibilidad) son acertadas; sin embargo, el
experto de CC.OO. y, por extensión, el sindicato mismo se olvidan de que el más eficaz coeficiente de sostenibilidad de las pensiones es la apuesta por: un cambio del modelo productivo y de crecimiento, la creación de empleo estable y de calidad y el consiguiente incremento de las cotizaciones sociales (no su exención ni bonificación actual), una reforma fiscal progresiva que garantice la justicia y cohesión social,…
Si históricamente la proyección temporal de las sucesivas reformas se ha calculado para el medio/largo plazo, ¿a qué interés responde esta especie de foto fija, precisamente ahora que España se encuentra inmersa en un proceso de desmantelamiento del Estado Social, con la excusa de la crisis?, ¿por qué no ha planteado CC.OO. un debate sobre un nuevo modelo de ingreso y de reparto capaz de sentar las bases de una sostenibilidad real del sistema de pensiones? ¿Tiene CC.OO. interés en participar activamente en nuevas oportunidades de negocio derivadas de esta reflexión conservadora? Ya se verá.
¿Pero a dónde nos lleva este tipo de planteamientos? Fíjense dónde han terminado los últimos exsecretarios generales de CC.OO. Antonio Gutiérrez y Jose Mª Fidalgo, tras la defenestración del inconmensurable Marcelino Camacho. Ahora cabría hacerse la pregunta: ¿para quién trabajaron realmente durante su mandato?, ¿no es cierto que existen las “puertas giratorias” en estos sindicatos al igual que las hay en la política?

Historial de traiciones

La posición de CC.OO. en el conflicto de Telefónica
La posición de CC.OO. en el conflicto de Renfe
La posición de CC.OO. en el conflicto de Iberia
La posición de CC.OO. en el conflicto de Sintel. La afrenta de Fidalgo a los trabajadores de Sintel y su orden de expulsión de la sede central de CC.OO. en Madrid con la ayuda inestimable de la Policía.

CC.OO., U.G.T.: “Mientras toda la izquierda política y social está exigiendo la dimisión de este gobierno ilegítimo e inmoral y la convocatoria de un nuevo proceso constituyente, vosotros nos estáis humillando al negociar en nuestro nombre el reparto de la miseria (reducir salario para mantener el empleo existente, ni siquiera para crearlo), estáis dando un balón de oxígeno al gobierno profranquista que tenemos, estáis firmando nuestra rendición a nuestras espaldas con tal de salvar vuestro sitio en la atalaya. Esto representa una claudicación en toda regla, una deslealtad intolerable hacia la clase trabajadora y la ciudadanía en general ¡No negociéis en nuestro nombre, no nos representáis!”
Conclusiones

Las graves circunstancias que atraviesan tanto la economía como el propio sistema democrático, así como la actual crisis de valores que la acompañan, son origen y consecuencia de la cesión de soberanía política a los mercados financieros por parte de la clase dirigente con la complicidad -por omisión- de las cúpulas sindicales. Ese proceso de empoderamiento de la nueva clase dominante –la burguesía financiera- ha sido la antesala del secuestro de la democracia, es decir, de la instauración de la dictadura del capital. Ante ello no caben componendas ni reformas capaces de hacer retroceder los planes puestos en marcha por los grandes grupos económicos y financieros si no es con el concurso activo de los ciudadanos, si no es con una revolución democrática.

En ese contexto, los movimientos sociales hoy han demostrado ser un instrumento de transformación social formidable que, tanto por sus novedosas formas organizativas como por sus reivindicaciones, han sobrepasado a los sindicatos tradicionales que, ante el conflicto social, han estado instalados en el inmovilismo del pactismo sin cuestionar las bases sobre las que se asienta el origen del mismo: la nacionalización de la deuda bancaria y la renuncia al ejercicio de soberanía política (reforma constitucional del Art. 135) ¿O es que estos dos grandes sindicatos están detrás, quizás, de campañas como la del cuestionamiento del pago de la deuda ilegítima o las asambleas constituyentes?

Definitivamente no.

Siempre pensé que el sindicato pertenecía más al militante que a la propia dirección que, teóricamente, siempre era susceptible de cambiar, de sustituir, pero claro…cuando se impone el posibilismo a la audacia transformadora, los intereses burocráticos a los intereses de clase, el sostenimiento del tacticismo a la estrategia, el pensamiento único al pensamiento crítico y alternativo, la visión patrimonial de la representación a la hegemonía construida desde la unidad de acción sindical y social, las direcciones sólo pueden garantizar cambiar algunas cosas para que nada cambie.

Así pues, su capacidad de influencia entre los trabajadores y su adaptación a los nuevos retos se está reduciendo dramáticamente. La conclusión clara es que cada vez que se sientan a negociar, la clase trabajadora retrocede en derechos.

Es por todo ello que tomo la triste decisión irrevocable de abandonar las filas de CC.OO., que ha sido mi casa desde mucho antes de mi afiliación allá por 1991. La única razón que explica el aplazamiento de esta decisión largamente madurada no es otra que el aprecio personal que profeso a muchos de mis compañeros y compañeras con quien durante tanto tiempo he compartido debates, luchas, solidaridad de clase; también me ha retenido la esperanza –siempre frustrada- de experimentar la vuelta de los valores y principios que dieron nacimiento a las primeras Comisiones Obreras. Soy consciente de que la realidad sociopolítica y económica es otra muy diferente a la de entonces, sin embargo –precisamente por ello- los retos son otros y las estrategias para afrontarlos deben ser otras, pero siempre manteniendo los principios rectores del sindicalismo de clase.

Decía mi admirada Susana López, luchadora incansable por los derechos sociales y laborales, que el sindicato puede parecer deformado, casi irreconocible pero que es la herramienta natural de los trabajadores y no podemos renunciar a ella. Hoy proclamo que es más cierto que nunca. Por ello he decidido seguir luchando de forma consecuente contra la actual estafa y sus responsables, plantando cara al bipartidismo y al bisindicalismo, desde las filas de un sindicato de clase consecuente.

Por tanto, ni resignación ni derrota.

Fdo.- FJ. P. H.
Sevilla, 4 de julio de 2013




UNA DEJACIÓN DE FUNCIONES SINDICAL ES UN PASO ADELANTE EN EL DESEMPLEO

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