miércoles, 11 de septiembre de 2013

11.09.13.- REFLEXIONES ELECTORALES



Correo del grupo de la 
Asamblea Ciudadana de Sevilla

 
 
 
1.  La existencia de un espacio electoral contrario al sistema actual, dominado y representado por los poderes económicos y los partidos políticos instalados en las Instituciones del Estado, se ha venido abriendo paso en los últimos años, con las movilizaciones en los centros de trabajo, las calles, las declaraciones y manifestaciones de amplios sectores sociales, QUE HA MOVILIZADO MILLONES DE PERSONAS. Muchas encuestas nos vienen señalando, que un 80% de la población manifiesta oposición y rechazo a las políticas y medidas que se aplican, así como a los partidos políticos asentados en las Instituciones. Lo que ésta población real necesita, además de mantenerse en lo que ya dice y hace, es una alternativa electoral como la que define el Manifiesto de la ACS, así como los instrumentos necesarios que la hagan realidad.

2.  Los movimientos sociales (digamos: sus órganos estables y permanentes representados en miles de grupos de voluntarios y activistas), siguen ocupados en su gran mayoría, en las materias sociales donde nacieron y se desarrollan, sin olvidar que la gran mayoría de esas materias sociales y económicas son las que han quebrado injustamente para el 90% de la ciudadanía, y objetivamente necesitan de alternativas y soluciones. Que la ACS pretenda razonarles para que unan a sus necesidades y objetivos, uno de CARACTER ELECTORAL alternativo al existente ( representado por los p.p.), con criterios de participación directa ciudadana y fórmulas tipo primarias, para que se pueda conseguir una alternativa mayoritaria que legisle de forma diferente y favorable al bien común; esto, no solo no contradice nada de lo que el movimiento organizado defiende, sino que lo hace realmente protagonista del cambio. Así se expresa el Manifiesto de la ACS.

3.  La ACS como proyecta el objetivo de su Manifiesto, no solo debe razonar el contenido y argumentos de su Manifiesto con los mmss. organizados (tipo 15M y similares), sino con otros más actuales (tipo Mareas, Plataforma Ciencia con Futuro, Economistas frente a la crisis, en Defensa de la Independencia Judicial, movimientos obreros, estudiantiles, empresas de producción ecológica, comerciantes, etc,), para POSIBILITAR Y FAVORECER la acción convergente con ellos, respetando su protagonismo e independencia, hacia un proyecto participativo electoral de protagonismo ciudadano y horizontal.

4.  Para dirigirnos al común de la ciudadanía, necesitamos primero: mensajes y objetivos claros capaces de movilizar (básicamente definidos en el Manifiesto), así como las formas y el momento en que las movilizaciones se tienen que producir a lo largo del proceso electoral (pendiente de definición y concreción por la ACS); segundo: estructura organizativa e instrumentos con capacidad de dirigirnos al común ciudadano, y que ese común participe y sea protagonista (la ACS es ya la estructura básica, aunque necesitada de ampliarse; y los instrumentos que hagan posible la movilización ciudadana, están pendientes de definición y concreción).
 
Es claro, que una mayoría ciudadana se moviliza y organiza de forma discontinua y motivaciones concretas, y que lo que permanece estable de los movimientos sociales, son básicamente organizaciones de activistas con nombres: asamblearios, asociaciones, movimientos, frentes, coordinadoras, etc.; en consecuencia, el objetivo de llegar, convencer y atraer, movilizar y conquistar, pasa por concretar acciones paralelas y convergentes con el exclusivo referente del objetivo, pues para ello se quiere la estructura y los instrumentos.
 
Un paréntesis en éste apartado sin la menor crítica, es no confundir el nombre de asamblea con la mayoría social del ámbito de que se trate (territorial, sector profesional, empresa, etc.), salvo que la participación en la misma sea realmente expresiva de la ciudadanía que la compone. Las posibles asambleas barriales de la ACS son y serán organizaciones de activistas, necesarias e imprescindibles pero nada más. Son, en relación con la mayoría social que se debe movilizar para elegir representantes propios, como cualquier otro organismo o movimiento social que se decante por una Plataforma Electoral, como la que preconiza la ACS. Por ello, son actividades paralelas que nunca deben confrontar ni subordinarse, como en el caso de los 108 barrios de Sevilla. Mucho más, cuando los objetivos electorales son convocados a nivel europeo, del Estado o la Comunidad Autónoma, que son la gran mayoría de retos de la ACS, salvo que en éstos ámbitos, no se tenga nada que ofrecer a la gran mayoría ciudadana como alternativa a lo existente.

5.  Los objetivos de la ACS se instalarán en el cuerpo social de una mayoría ciudadana, cuando cierren las urnas de la 1ª y siguientes convocatorias electorales. El reto permanecerá vivo hasta esos momentos, y los p.p. lucharán por todos los medios para que la ACS NO CONCRETE la Alternativa Electoral, o solo obtenga apoyos minoritarios.

6.  La estrategia de la ACS es clara y precisa en su Manifiesto, y a sus miembros, con independencia de ideologías y compromisos personales, los une cuanto en él se dice o pueda acordarse en su desarrollo y aplicación. Lo único que no cabe respecto de los objetivos electorales, es el abstencionismo, el voto en blanco o la libertad de voto para elegir a un partido de preferencia o menos malo. La DIGNIDAD de ser miembro de la ACS, solo puede ser vinculada a una alternativa de cambio a través de una Plataforma Ciudadana Electoral independiente de todos los partidos políticos y de protagonismo ciudadano como se formula en su Manifiesto.

7.  Finalmente, parece necesario releer con detenimiento el Manifiesto de la ACS, para tratar de centrarnos en él, y para aunar esfuerzos en todos los frentes abiertos o imprescindibles de abrir. Podemos fracasar y es difícil, PERO POSIBLE Y NECESARIO.

Saludos a todos. M. Armenta 
 
 
 
 


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